Las grandes ciudades como Barcelona, por ejemplo, se han tomado en serio el tema del transporte publico. El corazón de la actual vida urbana, mal funcionará si no se le presta atención a este aspecto urbano. En Iquique para que decir. Cada vez que sufrimos por el alza de los pasajes de los llamados “colectivos”, se alzan las voces, ya sea de los peatones como de la autoridad. Y siempre es lo mismo. En una semana más todos caemos en el letargo, y a esperar la otra alza. Y así viene sucediendo desde hace que se “implementó” el sistema. Bueno sería que nuestras autoridades se movilizaran en “coletos”. Les cambiaría su percepción y actuarían con rapidez.
Un libro de reciente aparición del francés Marc Augé, tiene como tema el transporte público, la ciudad, la épica, la utopía, la democracia. Se llama “Elogio de la bicicleta” y centra su mirada en las bondades de este vehículo. No se trata de una ejercicio de la nostalgia. Dice que las sociedades que caen en la trampa de la nostalgia, es porque no tienen proyecto de futuro. Se trata de ver como hacemos de las ciudades que crecen sin planificación alguna, una lugar habitable, en la que el conocernos y compartir sea la clave. El autor de los “No-lugares”, entre otras muchas publicaciones, destaca como el andar en bicicleta, aparte de sus consecuencias sobre la salud y de respeto por el medio ambiente, ayuda a que conozcamos mejor la ciudad que habitamos, a crear lazos sociales entre otros ciclistas. La bicicleta fue para muchos una forma de experimentar la libertad, sobre todo en esa edad en que la adolescencia nos hace brotar todo tipo de inquietudes. Mis paseos por la ciudad con Manuel Cisternas o bien con Jorge Rivera, me permitieron conocer un Iquique que de a pie, era casi imposible. Pero además, dice el autor, andar en bicicleta es disfrutar de la soledad.
Pero Iquique, no es amable con los ciclistas. Su crecimiento desordenado y la invasión de los automovilistas, ha provocado que estos se movilicen atemorizado o bien que ocupen el lugar de los peatones. Una revolución urbana precisa esta ciudad. Y esta debe empezar con un plano regulador, que tipifique y ordene el crecimiento. Y que por sobre todo, defina que transporte público queremos. Antofagasta anuncia la creación de tranvías. Bueno sería discutir esas y otras ideas, y sobre todo, crear espacios para que los ciclistas puedan movilizarse sin peligro. En la transformación de la ciudad, la bicicleta tiene un rol central.
Una ciudad es tal en la medida que hace posible los encuentros de la gente. Y la bicicleta juega un rol, al igual que la “peatonería” y otros medios. La ciudad es el lugar donde habitan los desconocidos que esperan, conocerse. De allí la función de los parques y de las plazas. A lo mucho que le falta Iquique, hay que sumarle, espacios para la bicicleta.
Publicado en La Estrella de Iquique, el 30 de octubre de 2011, página A-9