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Los discos de vinilos están de vuelta. La infancia de lo que nos acercamos a los 60 años, giraba en torno a ellos. Y lo hacía a dos velocidades: a 33 1/3 y a 45 rpm. Alcancé eso si a disfrutar la delicadeza de los acetatos que marchaban a 78. Tres velocidades y un brazo con una aguja que caía lentamente sobre el surco y de él, salían esos sonidos que aún laten. «Honey» de Bobby Golsboro, «La lluvia, el parque y otras cosas» de un grupo que no me acuerdo, y «La casa del sol naciente» de «Los Animals», animaba la casa de la calle Bolívar. Eran piezas de colección que mi padre atesoraba como si fueran diamantes. Y lo eran. En esos discos 78 escuché “Tú no has estado en Cavancha” de Lautaro Andino, entre muchos otros.

Una canción traducida al español decía algo así como «La calle está sucia y gastada», Juan Avalos, el más melómano de los melómanos, me dice que se llama «Los días de Pearly Spencer» y su autor David MacWilliams. «Arboles que son de acero, no nos dejan ver el cielo». La ciudad, el desarraigo, la pobreza, el niño que crece sin saber donde va. Como Spencer en Chile hay cientos. «Fuiste demasiado lejos, no escuchaste ningún consejo». Pero siempre hay un amigo, dice la canción. Los Javaloyas, españoles hicieron esta traducción. Otra versión es de Bárbara y Dick, argentinos ambos.

En Iquique fueron muchos los que grabaron en vinilo. En 78 hay hay una gran producción musical. En los 80 los cassettes de “Carrero Disco” dominaron la escena musical local. En la era del CD los estudios como “Blackflag” la llevan. Por ahora escucho: “Mira como está de alto ese árbol que plantamos tiempo atrás” la versión de Sandro del tema de Goldsboro.

Publicado en La Estrella de Iquique, el 30 de junio de 2013, página 17.