La revista “Los Sports” del año 25, dice del Tani Loayza que era “un moreno modesto y apocado, y que vivía en la montaña primitiva del norte grande”. Todos sabemos que nació en el barrio Matadero. Pero lo que importa es como Santiago siempre ha construido una imagen basada en estereotipos. Se hablaba de la raza chilena, y por cierto, nosotros nos cabemos dentro de esa noción que está basada en una idea falsa que viene de Europa. “Los morenitos” del norte grande, debemos dar la prueba de la blancura frente al Otro que viene de Santiago, casi en son de colonización. Ellos, son puntuales, trabajadores, eficientes, sobrios e ilustrados. Nosotros todo lo contrario. Los tarapaqueños siempre seremos los bárbaros. De allí las cruzadas por civilizarnos. Pero ya lo sabemos esa es misión fallida. Nuestro aire festivo desafía la solemnidad de la elite, sea de izquierda o de derecha.
Además Tarapacá les recuerda al centralismo el origen andino de nuestra región. Y eso le debe molestar, sobre todo a la elite que se cree reflejar en el espejo de los salones de Paris. La de ahora se inspira en Miami. Mientras tanto nosotros los de acá nos miramos en el espejo de la diferencia, esa que nos hace ser fieles a la imagen que el espejo de la identidad nos devuelve.
Publicado en La Estrella de Iquique, el 28 de julio de 2013, página 25