Iturra

Así estamos huérfanos a más no poder/  Nuestro corazón flamea a media asta/ El hermano e hijo prodigo, el abuelo, el padre  y el esposo se nos fue/  Pero no has muerto, Jorge, lo sabes mejor que nosotros/ Sólo te ausentas/ La gente como tú no se extingue jamás/Otros se convierten en polvo/ Se mueren los que no han tenido patria/Y tú “Che Negro Querido”/Tuviste dos a falta de una/ Este Iquique ancho que te vio nacer/ Y Salta que te llenó de bagualas, zambas y chamamé/ Nos has muerto, porque Gilberto Rojas y Santiago Polanco Nuño, Víctor Acosta  y Atilio Carboé jamás nos han dejado/ Allá en la diestra de Dios Padre  -guitarra en mano- compondrán las mejores canciones a Iquique/ Y de paso “El Eterno” se alegrará de haber creado esta ciudad/

Contigo me doctoré en amor por Iquique/ Gracias a ti cantamos “Decían que morirás, pero se ve que levanta”/ Y ese es tu mejor epitafio/ Pero,  insisto no has muerto/ Tu voz de cantor eterno/ La saboreamos en las noches del Wagón/ en el patio del Liceo, en Chanavallita/ Para luchar contra el olvido/bautizaremos una calle con tu nombre/una sala del teatro Municipal/ una sala de la Unap/ y saldremos a caminar por la cintura cósmica del sur…

No te olvides de visitarnos/ de llamarnos la atención/ recuerdanos nuestros compromisos de iquiqueños/ Alza la voz, “Che Negro Querido”, canta con los Tucu Tucu/  Vuelve en vino, cada vez que nuestra copa se desnude/ Cuentale a la Miss Hodge de este Iquique tan ajeno, a veces/ ilustrisímo hijo de Iquique/Jorge Iturra Peña/natural del puerto/bohemio y amigo de causas perdidas/cantautor de oficio/ querendón de corazón/ya te lo dije: “tu corazón es doblemente celeste”/

Es mentira, no te has muerto/ Te vas por otros campos/ Estás ahora en el paraíso, o sea en ese mezcla de Iquique y Salta con los tuyos que somos muchos/ “Che Negro Querido”/ Escucho “eres puerto y no caleta” y la piel se me iquiqueñiza/ Nos dejaste tu voz:  “Siempre estás en mi memoria mi viejo puerto de Iquique”/  y el corazón me flaquea/ Al recordarte “Che Negro Querido” te pido prestado esos versos que al parecer escribiste para ti: “prefiero hoy creer pensar que no hay ayer/ a clases otra vez”/