Joe Daly, Manuel Sánchez, Víctor Podestá, Carlos Donoso, Carlos Polite, Heriberto Rojas, James Perry, Juan Budinivich, Domingo Silva, Miguel Concha, Carlos Pérez, Luis Candía
Los Sports
28 de diciembre de 1923.
Año 1. Nº 42
Alex Rely Francisco Bahamondes Gabriel Básaez Elías Carrizo José Castro Joaquín Cubillos Juan Díaz Oscar Francino Mario Gárate Arturo Godoy Rubén Godoy Johnston González Humberto Lillo Humberto Loayza Mario Loayza Rubén Loayza Filiberto Mery Santiago Mosca Eduardo Rodríguez Edilberto Olivencia Humberto Planet Eduardo Prieto Jorge Prieto Carlos Rendich Jaime Silva Estanislao Loayza Guillermo Vicuña Mario Vidal Jorquera
LA HISTORIA DEL BOX IQUIQUEÑO: 1880-1926
La masiva migración de chilenos y extranjeros a la región de Tarapacá -como consecuencia de la actividad salitrera-, trajo consigo, entre otros tantos fenómenos, el auge de los deportes modernos. En otro espacio hemos desarrollado, a propósito de lo mismo, el tema del fútbol (Guerrero, 2005a y Guerrero 2005b).
Al igual que en el caso del fútbol, la historia de este deporte en Iquique y en la pampa salitrera -dos caras de una misma moneda- aún no se escribe. Estas líneas pretenden avanzar en esa dirección para poder establecer las circunstancias que hicieron posible que boxeadores como Estanislao Loayza y Arturo Godoy, por solo nombrar a dos, gozaran del protagonismo que tuvieron.
A la crónica deportiva, escrita por anónimos periodistas, le debemos el contar con algunos datos para empezar a perfilar esta historia.
Como ya se dijo, Iquique se convirtió, gracias a la actividad del salitre, en un lugar atractivo para todos aquellos que vieron en esta zona el modo de acumular riquezas. Aquí, a decir de Mario Bahamonde, llegó todo tipo de gente, aventureros, desterrados, perseguidos, buscadores de fortuna, etc. En este ambiente, no es raro imaginar la diversidad de costumbres, lenguas, comidas y, por supuesto, formas de utilizar el ocio y ocupar el tiempo libre. Este último aspecto ha sido poco desarrollado por la historiografía oficial. Le debemos a la literatura, cuentos y novelas, el haberlo abordado. Lo mismo sucede con el deporte (Guerrero 2005). Aunque hay que mencionar que la historia de la literatura en el norte grande ha consignando el vasto movimiento cultural que se desplegó en esta geografía. Pero, insisto, no se ha dado atención a los fenómenos deportivos.
La historia del box en Chile, al igual que la del teatro o de la literatura, por solo citar dos casos, está centrada en Santiago y sus alrededores. El libro de Renato González (Mister Huifa), El boxeo en Chile (1973) ignora la importancia que este deporte tuvo en el norte grande. Soslaya a personajes de primer nivel como los hermanos Juan y Santiago Mosca.
El periódico de la ciudad de Iquique, El Tarapacá, señala sin citar fuentes, que en el año 1880 llega a Iquique el primer boxeador. Las demostraciones de este púgil hallaron rápidamente una caja de resonancia en una zona donde la masculinidad tradicional encontró su máxima expresión, dadas las condiciones duras de trabajo y por ser una zona básicamente popular. Valores tales como el vigor, la fuerza física, la valentía, la hombría, calzaron perfectamente con el box. Este se desarrolló en forma bastante primitiva y sin arreglo a normas. Los combates se efectuaban en forma clandestina ya que las autoridades prohibían su práctica. El box se reducía solo a pegar, careciendo de técnica.
El extraordinario perfomance boxístico de Estanislao Loayza Aguilar no es un hecho aislado. Desde fines de siglo XIX la actividad deportiva, sobre todo del fútbol y del box, era ya frecuente. En este último deporte la trayectoria de Santiago Mosca, por ejemplo, lo ubica como el primer gran boxeador iquiqueño.
La intensa actividad derivada de la industria salitrera convirtió a la caleta iquiqueña en un gran puerto de embarque. Las decenas de nacionalidades que arribaron a Iquique no solo trajeron en sus equipajes la ropa y sus fotos, sino también, como ya dijimos, formas para utilizar su tiempo de ocio. Y el deporte era parte importante.
El deporte articuló buena parte de la socialización popular. Este halló en el barrio, y sobre todo en las instituciones deportivas, su mejor sustento. No era solamente la práctica realizada en forma espontánea, se le acompañaba de un soporte institucional. De este modo el club deportivo organizó esta sociabilidad deportiva.
En primer lugar se advierte una ciudad estructurada en torno a barrios populares. En esta unidad territorial y simbólica, se desplegó una fuerte acción popular y deportiva. Luego el club deportivo hizo el resto; aquella institucionalidad fuerte, maciza, creíble que ordenó y planificó la actividad, toda vez que la encantó. Esa es la palabra. El deporte tenía para esos iquiqueños el encanto que hoy parece no tener. Era el modo de expresar nuestra identidad. Era la manera de decir soy del Yungay o de Sportiva Italiana, del Unión Matadero, del Unión Morro o de Cavancha. Después venía la gran síntesis, la selección de Iquique, “la celeste”, expresaba el sentimiento de identidad. Vestir ese emblema era el orgullo.
Hablamos de un Iquique relativamente integrado. Una ciudad cosmopolita en la que los migrantes supieron encontrar un lugar para expresar su solidaridad y sus agradecimientos. El momento en el que sin mediar lenguas extrañas o colores de piel diferentes, hombres y mujeres cerraron filas en torno a la caleta que caminaba a ser puerto. Lo anterior no quiere decir necesariamente que no había diferencias e injusticias sociales. Las había. Prueba de ello son las grandes huelgas, el racismo contra los asiáticos y los aymaras, -por ejemplo-. Y otra serie de problemas. En la práctica del deporte, sobre todo en el fútbol y en el box, esas diferencias parecían desaparecer.
En segundo lugar, hay que resaltar la existencia de una ética deportiva fundada en el amor a la camiseta. Es decir, una ética estructurada en torno al orgullo y a la identidad; el orgullo de vivir en una tierra que sustentó la economía nacional en la época del salitre. Una ética construida en el protagonismo que Iquique tuvo en la historia nacional. La historia, desde Arturo Prat hasta Arturo Godoy, pasando por el Tani, indica que en estas tierras y en estos mares las gestas no solo son militares y obreras, sino también deportivas.
En tercer lugar, hay un tema arraigado en el inconsciente colectivo iquiqueño. Una vieja querella que aún se nos representa en forma muy rica. Es nuestra relación compleja con el centralismo santiaguino, que también se expresa en el deporte. A los equipos de la capital hay que ganarles por K.O. o bien por goleada. El Tani mantuvo todas sus peleas en Iquique, y de aquí se fue a Estados Unidos. Hizo caso omiso de la capital. Fue, a su modo, el primer regionalista deportivo del país.
Dos irlandeses
Dos púgiles irlandeses provenientes de Valparaíso, Pat O’keefe y Alejandro Mc.Donald, introdujeron las primeras normas de lo que en ese tiempo era el box profesional. Es decir, con ajuste a la reducida reglamentación. Lo de estos hombres era, con esta actividad, lograr ciertos ingresos. Mc. Donald instaló un pequeño gimnasio en el barrio El Colorado, siendo el primero que hubo en el norte grande de Chile. En ese barrio popular, ubicado en el sector norte de la ciudad, estuvo la cuna del box en Iquique.
La primera pelea
El Tarapacá cuenta que la primera pelea oficial que hubo en Iquique la sostuvo Alejandro Mc. Donald con Ted Moran, un barrista del circo Quiroz. Este combate se efectuó en el teatro Variedades. La pelea empezó a la una de la madrugada. Se hizo a esa hora ya que estaba prohibida la práctica de este deporte. La norma era básica. El combate terminaba cuando uno de los púgiles no podía seguir peleando. Duró el match dieciocho rounds. Ganó Ted Moran.
El rol de los circos
Los circos fueron los que difundieron el box en esos años. Era raro cuando uno de estos espectáculos no incluía a alguien que se colocara los guantes. Entre sus artistas hubo siempre quien realizara actividades boxísticas. Hasta el año 1891, ellos hicieron su época. Se enfrentaban sus púgiles con rudos exponentes locales. De aquí, defendía la tierra Eduardo Mc. Donald, hijo del precursor del boxeo iquiqueño, quien sostuvo en diferentes oportunidades varios combates en sitios que no eran sino corralones, patios baldíos. En cualquier lugar donde pudieran instalarse las cuerdas hubo dos hombres calzando los guantes.
A fines del siglo XIX, para ser más precisos en el año 1899 llega a Iquique Juan Antonio Figueroa. Se le bautizó como “el bailarín” debido a su extraordinaria agilidad para moverse sobre el cuadrilátero. Combatió contra Arturo Peluceno y Pedro Castillo, entre otros, todos miembros de los muchos circos que llegaban a la ciudad.
El boxeo científico
A la masificación de la actividad boxística en la ciudad le correspondió el desarrollo de la técnica. Se buscaba un box más efectivo. A Juan Mosca se le debe en parte este aporte. El Tarapacá dice:
Mosca enfrentó en un match atractivo que levantó considerablemente el espíritu deportivo de la población, a H. Watson, un boxeador inglés que venía de Valparaíso con el título de campeón de Chile. El match se realizó en el local del Club Ciclista. Ya había libertad para librar esos combates y, por eso, pues, fue que el pequeño y estrecho local tuvo un lleno desbordante de una multitud que gritaba por todos lados. La pelea fue ganada por Watson que superó evidentemente a Mosca. Después fueron llegando, como en caravana, varios otros púgiles y Mosca tuvo que enfrentarse, como lo mejor que había en Iquique, a varios de ellos. Se impuso a Juan Cataldo, un profesor de box que también había hecho viaje desde Valparaíso, atraído por la euforia boxística que existía.
En las esquinas de Barros Arana con Libertad, ex local del Ferrocarril Urbano, se llevaron a cabo varios combates. Se recuerda la del iquiqueño Juan San Román que se enfrenta al peruano Carlos Camacho. Al octavo round gana el púgil iquiqueño.
En 1906, llegó el pugilista inglés Jack Perry, quien se enfrentó a Joe Daly, americano. Este match se desarrolló en el ex Teatro Nacional, de la calle Vivar. Perry, más hábil, se impuso sobre el yanqui. Vino enseguida una pelea espectacular entre Floridor Rojas con Juan Segundo Zobarán; ganó el primero por K.O., después de haber levantado con un violento derechazo a su rival. Hagamos una alto. Zobarán es el dueño del circo que estuvo instalado en la Plaza Montt el 21 de diciembre de 1907.
El box en ese entonces era ya una realidad en Iquique. Empezó una agitada vida comercial en el puerto. La llegada de carguíos traía a muchos hombres que vieron en este deporte una forma de sobrevivir. De uno de esos barcos bajó un marinero corpulento de nombre Jack Bradley. Peleó con Juan Henderson. Ganó el primero por K.O. Bradley se fue después a Santiago y enfrentó al campeón chileno Heriberto Rojas, a quien venció conquistando el título de Campeón Sudamericano. Con el título se marchó a Europa y peleó contra Jorge Carpentier, a quien ganó por K.O., al segundo round.
Los centros boxísticos
El centro El Tarapacá fue la primera institución de box que se estableció en Iquique. Se fundó el 17 de febrero de 1917. Su creación fue obra de los hermanos Juan y Santiago Mosca. Víctor Clemente fue su primer presidente. Juan y Santiago Mosca sus primeros directores técnicos.
De sus registros destacaron el propio Santiago Mosca; Jorge Flores, que fue campeón peso gallo de Tarapacá; Vicente Luque y otros destacados pupilos como Marcos Cocleiva, Demetrio Muller, Fernando Varela, José y Ricardo Barahona, Guillermo Astorga, R.O. González, Luis Ríos, Federico Stirpovic, Luis y Raúl Vergara, Alberto Gallegos, Alberto Giugliano.
Otros clubes de boxeo de ese entonces en Iquique: Dempsey Boxing Club, Carpentier Boxing Club, Alex Rely, Pablo Muñoz, Enrique Subercaseaux, Antonio Salas, El Tani, Santiago Mosca, de la oficina Peña Chica, Manuel Vásquez, Raúl Sierralta, Jorge V, y Ramón Montoya. Se mantienen en actividad: Heriberto Rojas, Manuel Sánchez y Unión Matadero.
Historia del primer centro de box
En el año 1917 se funda el primer centro boxístico: El Tarapacá. De sus filas salió una figura prominente del boxeo iquiqueño: Santiago Mosca Vasallo (1898-1985). Él mismo fue fundador de esa institución.
Su primer combate lo tuvo frente al vasco José Campos, y desde ese momento se le abrió un amplio campo. Venció Campos, pero Mosca demostró su notable capacidad. El encuentro se organizó en un ring ubicado en el teatro Variedades. Fue este el primer festival organizado por la seccional en Iquique de la Federación de Box de Chile.
Ambos rivales se jugaron por el triunfo. Perdió Mosca, pero en la revancha ganó, también por puntos.
Mosca realizó después varios combates, y en todos ellos mostró la bravura del nortino. Se impuso, por ejemplo, a José Roy y al norteamericano John Walter, quien llegó al país junto a Gumboath Smith y Enrique Subercaseaux.
El combate con Mosca
Cuatro años más tarde, en 1921, Mosca sostuvo su memorable encuentro con Manuel Sánchez, quien como Campeón de Chile de la categoría liviano exhibía un excelente cartel. Había recorrido Europa, y en cientos de combates, aparte de demostrar sus hábiles conocimientos, se constituyó en vencedor.
El combate se llevó a cabo en el velódromo municipal. Hubo un lleno total en la cita de aquella tarde para presenciar el espectáculo. Fue una tarde de fiesta. Ganó Mosca por puntos. Se hicieron diversos comentarios en la capital acerca del triunfo del iquiqueño. Se pactó un nuevo encuentro en Santiago, y el púgil iquiqueño volvió a ganar esta vez por K.O, al cuarto round.
El Heriberto Rojas
El 1 de junio de 1921 se fundó este centro de box. Su nombre lo tomó del gran boxeador Heriberto Rojas.
Sus primeros dirigentes fueron Pedro Segovia, Héctor Botarelli, Aurelio Palominos, Felipe Alarcón, Ramón Montoya, Alberto Gallegos y Carlos Vera. Estos fundadores del club ocuparon en diferentes periodos la presidencia.
El Manuel Sánchez
Se fundó el 3 de mayo de 1922 el club Manuel Sánchez, en honor al gran boxeador. El acto tuvo lugar en la Sociedad de Veteranos del 79. Años después se trasladó al local que poseen aún, ubicado en la calle San Martín Nº xxxxxxxxxx
De sus filas salió al primer pugilista aficionado iquiqueño que obtuviera el galardón de campeón sudamericano, Edilberto Olivencia (Diario El Tarapacá, 2 de Mayo de 1968, página 6).
El Unión Matadero
Del barrio del mismo nombre debido a la existencia del Matadero Municipal. Los trabajadores deciden organizar un club deportivo. Se practica el box y el fútbol. De ese barrio salieron grandes boxeadores como, entre muchos más, el Tani y Carlos Rendich. Fue fundado el 24 de febrero de 1935.