1916- 1994.

Mentholatum le decían en Iquique. Era bueno para todo. Fue campeón de Chile, en básquetbol (1941 y 1942) y en fútbol (1943). Seleccionado local en Natación y Waterpolo.

La siguiente es una nota de la revista Estadio

Dotado

Ocho años vistió la camiseta de Santiago Morning, el club que consiguió hacerlo claudicar de su sentido estrictamente amateur.

“Los ratos libres” trae al diamante, o al court o a la pista atlética. Todo eso hacia mi íntima felicidad, me daba una sensación de vida, de libertad, de salud, que,  la verdad, no se como definir… por eso, nunca había pensado en dejarlo, en sacrificarlo por nada…

En Santiago Morning.

Pero el hombre propone y Dios dispone. Desde  hacia tiempo los clubes metropolitanos andaban a la siga del ecléctico astro iquiqueño. Su capacidad de organización, su fuerza, su técnica, su personalidad, lo hacían codiciado.

-Muchos jugadores del “Norte América” y de la selección nuestra se había venido a Santiago, la mayoría a Badminton, otros a Magallanes y alguno a Colo Colo, pero yo me resistía. ¿Sabes? Pensaba que de venirme, tendría que ser a la Universidad Católica; no se por qué, no conocía a nadie en especial, pero me parecía que era el club mas de acuerdo con mi temperamento, con mi manera de ser. ¡Y mira como son las cosas! Me vine a Santiago Morning, de gente tan distinta a mí.

Jugó ocho años con la camiseta de la “V” (1944-51) y nunca tuvo motivos para arrepentirse de su decisión. Había sino toda su vida el eje del equipo en que jugaba, el centro-half. Pero  en Santiago reinaba sin discusión Salvador Nocetti, con lo que el joven iquiqueño tuvo que integrar una línea que llego a ser de campanillas: Fernández-Nocetti-Wood.

-…Tan buena como la Hormazabal-Pastene-Medina- dice Freddy con acento orgulloso.

De esas temporadas tiene vivo el recuerdo de sus comienzos.

-¡Que difíciles fueron! Yo venia como estrella, con una propaganda bárbara y no la agarraba. Una tarde Antonio Ciraolo me dio un baile de esos que hacen reír a la gente. Te juro que quise irme de vuelta. ¿Sabes que pasaba? Que no podía afirmarme en el pasado y con los estoperoles, acostumbrado como estaba a las canchas de tierra y los zapatos con puentes- Raúl Pavés, que era el dirigente que me había traído, estaba desesperado. Pero yo no podía fracasar, por eso me entregué como malo de la cabeza a entrenar yo solo en los días de lluvia. En las canchas embarradas aprendí a pararme bien y entonces el pasto no me molestó para nada. Tengo otro recuerdo curioso: yo debo tener el record del gol rápido. Fue en El Tranque de Viña del Mar, jugando contra Everton. En esa tarde había ciclismo y el partido empezó cuando terminaba una carrera; salimos nosotros, yo piqué y recibí la pelota cuando el “Roto” García y Mascaró estaban mirando la llegada de los ciclistas.

Otros colores.

En 1952 Freddy jugó en Universidad de Chile, pasada fugaz de una sola temporada. Al año fugaz de una sola temporada. Al año siguiente pasó al Audax y ahí término su carrera.

-Jugando contra Unión Española, el half Ibáñez me encajó una patada en la canilla que me dejó enterrados los tapones; tenia entonces 46 años, cierto que la practica del deporte me conservaba muy bien, pero en las semanas que estuve parado comprendí que ya era hora de largar.

Hubo otra camiseta en la vida de Freddy Wood, la que le habría gustado vestir más tiempo y que solo llevó puesta en una gira de recuerdo inolvidable:

-Cuando la Católica ganó su primer campeonato, hizo su gira a Europa y yo tuve la suerte de que me pidieran como refuerzo. Jugamos  en España, en Alemania y en Bélgica y ¡que días vinimos! Me afirmé en la idea de que ese debió ser mi club, aunque en Santiago Morning me sentí muy bien y le guardo un gran cariño.

También el rojo de la Selección Nacional entró en la vida de Freddy Wood:

-Fue en 1947, en el Sudamericano de Guayaquil. Si te olvidas del primer partido con Uruguay, en que nos hicieron 6, debe haber sido de las mejores actuaciones de Chile en el extranjero, ¿no te parece? Tú estuviste allá y debes acordarte de los empates con Argentina y Perú. Me habría gustado ser considerado más veces para el equipo nacional, porque entiendo que es la culminación de toda carrera deportiva, amateur o profesional. Lamentablemente  en esos tiempos la actividad internacional se limitaba a los sudamericanos no es como ahora, que ya a los 18 o 19 años los cabros andan viajando.

Ocasionalmente, Freddy Wood se puso otras camisetas; en su periodo cumbre fue refuerzo de varios equipos, entre ellos de Colo Colo.

-Ahí hay algo curioso-apunta-.  A mi ni se me ocurrió lo que a la mayoría de los cabros provincianos, que sueñan con ser colocolinos; la verdad es que Colo Colo no me tincó nunca…

¿Hablemos de fútbol?

Freddy es reticente al tema, no porque no le  guste ni le interese-que le interese y  que le gusta-, sino por el peligro de las interpretaciones (“Si uno dice que las cosas son así o asá, la gente piensa  que opina “como viejo”, por despecho y todo eso”). Pero termina aceptándolo.

-A mí, que en atletismo fui velocista, tendría que gustarme este fútbol de ahora, hecho precisamente de velocidad; reconozco  que en esto se ha progresado mucho, indudablemente. Pero como futbolista, no me gusta ¡que quieres que te diga! Si  a la velocidad con que se juega se le agregara elaboración, seria otra cosa. Mira, yo creo que si el público no va a los estadios es porque se aburrió de ver correr solamente. Hay otra cosa que yo considero importante y que explicaría este fenómeno de los estadios vacíos: para mí, el fútbol se juega hacia delante; tal vez piense así porque fui centreo-half o interior izquierdo y ocurre que ahora se juega más hacia atrás que hacia delante-.. Reconozco que se ha progresado también en otras cosas. La otra tarde vi  por la  TV el partido de juveniles con Argentina, en Lima, y me llamaron la atención el orden, la  tranquilidad, la personalidad de la  defensa. ¡Que bien se cerraron siempre! El día que se aprenda a jugar en el ataque con la misma soltura, con la misma aplicación, entonces si que podremos decir que tenemos buen fútbol.

Aunque  jugó en tres clubes, Freddy Wood entiende que la exacerbación del profesionalismo atentó también contra el espectáculo.

-Ya es muy raro el caso del jugador que tuvo una sola camiseta en su vida, o dos a lo sumo. Me acuerdo de la gente de mis tiempos; “Cua-Cua” Hormazábal solo fue de Santiago Morning y de Colo Colo, el “Ruso” Nocetti no fue mas que el “Chaguito”. El público identificaba a los  equipos con los jugadores, muchas veces los seguí por ellos. Ahora tú no sabes en qué club van a jugar el año siguiente… Además  del factor afectivo, esta el otro, el técnico. Los equipos nunca terminan de armarse definitivamente, de tener su característica, porque cambien todos los campeonatos. Aunque yo se que esto del fútbol no es un negocio, al hincha se le da impresión de que lo es y se le mata el entusiasmo. ¡Pero si ahora hasta te contratan un crack y te declaran  que lo compraron para venderlo!… Desde el punto de vista del jugador mismo, el trasplante tiene menos importancia, porque, y te lo digo por experiencia propia, uno se pone una camiseta y juega por ella con todo lo que tiene, sea del color que sea, pero la reacción del publico es otra cosa.

El Señor Wood.

A los 58 años (nació el 21 de Diciembre de 1916), Freddy Wood Gamboni es un connotado jefe en ENADI, respetado y apreciado por su personal. Es un jefe de hogar que  religiosamente esta en su casa de la Gran Avenida (la compró en 1944) a las 6 de la tarde; que conservó el sano habito iquiqueño de levantarse a las 6 de la mañana, con lo que para el las distracciones no son mas que la lectura, la TV, sus gruesos álbumes de fotografías, un poco se música y buena mesa. Tiene dos hijos, ambos casados, que le han dado tres nietas y un nieto.

En Iquique Freddy trabajó en la oficina salitrera Mapocho durante 10 años; cuando se vino a Santiago ingreso a la Caja de Previsión del Salitre, donde fue un funcionario eficiente y cumplidor. En 1971 jubiló con 35 años trabajados y luego a si temperamento, a su costumbre de estar siempre ocupado, le hizo falta hacer algo y se le presentó la oportunidad de hacerlo en ENADI.

-Al fútbol voy poco, no porque no me guste, sino porque los nietos me roban el fin de semana. Bastante a menudo juego mis “pichangas”, me divierto muchísimo y compruebo que, dentro de la gente de mi edad, todavía me la puedo… (Aunque ese día de la entrevista  andana como apaleado: “Es que ayer, mientras esperábamos que llegaran los “viejos” del otro equipo, nos pusimos a jugar con unos cabros jóvenes, nos entusiasmamos y el final terminamos con dos partidos de 90 minutos en el cuerpo…¡Y para eso sí que ya no estamos!).

Antonino  Vera.

Tomada de Revista Estadio.

1950,  páginas 41 – 43

Migajas por don Pampa

Llamaron a Freddy Wood a las oficinas de Estadio para tomarse una portada. Tres horas después de haber estado a las órdenes de García, Freddy salía todo desmadejado, comentando: -Desde que estoy en Santiago, lo que me ha representado mayores dificultades  como futbolista, es contentar a García en la pose. “Más atrás la mano, Freddy; no tan alta la barba; no mire la máquina; cuidado con la sombra de la derecha; un poco más alto los reflectores; más derecho Freddy; ahora sonría, sonría”. Bien bonita sería la foto, pero ni en los Estudios  San Miguel, le ponen tanta.