17 de Octubre de 1948.

Heriberto Pizarro

Se crió y formó en Cavancha. En ese barrio de pescadores se le bautizó como “Petate”.

Reconoce a Ramón Estay como el entrenador que creyó en él.

A José María Novo, como su gran amigo.

Esto escribió la revista Estadio:

Heriberto Pizarro:

“La selección solo es un muy buen recuerdo”.

El zaguero  magallánico cuenta la desilusión que tuvo al ser marginado del “equipo de todos” y

otros aspectos de su corta carrera en el fútbol grande.

Para el grueso de los aficionados-excepto los magallánicos. Heriberto Pizarro solo vino a ser reconocido cuando apareció un día en esas kilométricas listas de seleccionados que llamaba el ex entrenador Rudi Gutendorf a la Selección Nacional. En un principio se pensó que seria “uno de tantos”; sin embargo, al cabo de algún tiempo Pizarro estaba en el posible equipo que afrontaría las eliminatorias. Hasta jugó partidos como titular con la casaca roja. Solo allí  comenzó a ser ubicado perfectamente por el público, que lo caracterizó como un zaguero fuerte, muy luchador y con unas ganas tremendas de ganarse un puesto en la Selección.

La historia de Heriberto Pizarro podría ser como la de tantos coterráneos suyos que un  día abandonaron Iquique para venir a probar fortuna a la capital con lo que mejor sabían hacer: jugar fútbol. Su escuela fueron la playa y las duras canchas nortinas. Salido desde un  hogar humilde (sus padres son pescadores), a muy temprana edad dejó los estudios para dedicarse a  trabajar y ayudar en algo a la casa.

-Sólo pude llegar hasta la sexta preparatoria y ahí “medio por el trabajo”. Y cuando no estaba trabajando estaba jugando pichangas. Porque allá en Iquique es lo único que se juega; yo diría que todos los días del año. En verano en la playa y en invierno en las canchas-hay cientos- que existen en todos los barrios. A los siete años ya jugaba en las infantiles del Deportivo Cavancha, que es el club de los pescadores. En esta institución me crié y no conocí otra hasta llegar a Magallanes…

¿Cómo se gestó su venida a la capital?

-Me vine en 1971, pero había estado a punto de hacerlo varios años antes. Recuerdo que después del Nacional Juvenil de Antofagasta (1966), y como yo era seleccionado de Iquique, me hablaron de Universidad Católica a mí, a  Maldonado y a Crisosto. Teníamos todo listo y yo no pude venirme porque estaba pasado unos meses en la edad juvenil, que era lo que la U.C quería traer; entonces solo se vinieron Crisosto y Maldonado. Posteriormente, en 1970 fue Huachipato a jugar un partido allá y Andrés Prieto me habló y llevó todos mis datos. Me dijo que me mandaría a buscar a la brevedad posible, pero pasó el tiempo y nunca mas súper nada… Fue mi segunda desilusión, tanto, que llegué a pensar que ya no iba a pasar nunca mas  nada conmigo. Por eso es que cuando el año siguiente llegó Magallanes y Ramón Estay- el entrenador de ese entonces- me habló para venirme, lo tomé con mucho escepticismo. Esa vez me llevaron a jugar 2 partidos en Arica y uno en Victoria. Regresamos a Iquique y me dijeron que arreglara todas mis cosas y que me mandarían a buscar. Yo les pedí dos mil escudos para salir de Iquique y un sueldo de otros dos mil mensuales y me aceptaron. La verdad es que hasta pensé que no me llamarían y que otra vez me quedaría en mi ciudad. Pero a los pocos días Magallanes cumplió la palabra y me mandó el dinero para que me viniera.

-¿Se vino solo, a donde llegó?

-Partí solito y llegué a la casa de mi gran amigo José Novo, que es iquiqueño como yo y nos conocemos de niños. Con el “Flaco” nos jugábamos unas pichangas en la playa hasta que no se veía la pelota. El me “aguantó” en su casa como seis meses, porque yo no ganaba en el club como para mantener una casa solo. De la casa del “Flaco” me vine a vivir a la de don Ramón Estay, que me la ofreció gentilmente y aquí me tiene, todavía le “estoy pechando”, pero va a ser hasta dentro de muy poco, pues me voy a casar en Septiembre… la semana pasada nomás me puse las argollas.

Magallanes, un gran club.

Su llegada a la Academia no pudo ser mejor. No tuvo que hacer antesala, ya que de inmediato fue al primer equipo y de ahí no ha salido.

-Fue muy importante para mí el llegar de titular al tiro, pues yo tenía ya 23 años y si a esa edad uno todavía está esperando, significa que no tiene muchas condiciones para esto. El ser titular me dio la confianza que necesitaba y por eso es que yo creo que anduve bien. Ese año me jugué entero y al final nos salvamos- recuerda que la recuperación vino después del partido que le ganamos a Colo Colo, pero ese día lo único que quería era ganarle. Debe ser porque apenas llegué a Magallanes me encariñé con el club. Todos se preguntaban lo mismo, pero no se que es lo que tiene Magallanes, que todos se encariñan tanto con él. Es un gran club, algo así como ese diario que sale en el Condorito; “pobre pero honrado”.

La roja, una ilusión que se fue.

Y llegamos al tema que Pizarro casi no quiere tocar. Está aún muy fresco el recuerdo de esa camiseta roja que le llegó como del cielo y que de pronto se fue.

-Para que le voy a decir lo contrario. Me amargué mucho cuando supe que había sido eliminado de la Selección que va a jugar las eliminatorias. Porque había sido algo como un sueño, que yo esperaba algún día, pero que nunca imaginé que será con tanta rapidez. Porque llegar de Iquique y al año siguiente estar en el equipo de  Chile es un orgullo y una satisfacción que nunca olvidaré, como tampoco este triste momento en que ya no soy seleccionado.

-¿Usted cree que tenia meritos suficientes como para estar en el equipo?

-Sinceramente, creo que sí. Porque su me comparan con Herrera, estimo que los dos somos de la misma cuerda, fuertes, rápidos y con buen juego de alto. Solo que él está en  Colo Colo… pero no crea que lo digo de “picado”, sino es que pienso que don Lucho lo prefirió a él para mantener la línea de defensa de Colo Colo, que vienen jugando juntos hace mucho tiempo.

-¿Qué impresión le dejó Rudi Gutendorf?

-Pienso que era un buen entrenador, pero que no le ayudaron en su trabajo, aunque el debió ponerle atajo desde un comienzo. Hasta en el plantel había jugadores que no le cooperaban y lo “agarraban pal fideo”…

-¿Y Usted le cooperó?

-Claro que si. Nunca tuve un problema con él, ni siquiera cuando me obligo a hacer “el loco” poniéndome de lateral derecho, siendo yo defensa central.

-¿Qué planes tiene para el futuro?

-Primero que nada, en lo futbolístico, poner todo mi empeño  para que Magallanes ande bien este año. Creo que lo vamos a lograr; se han contratado buenos jugadores-Zelada y Gaete. Y hay muchos “cabros” nuevos que van a dar que hablar. Ese defensa (Freddy) Rivera. Que jugó el domingo a mi lado también es de Iquique y tiene un gran futuro. En cuento a lo personal, estoy buscando casa como desesperado para casarme. Si encuentro luego, adelanto mi matrimonio… (Entrevista de René Durney; fotos de Pedro  González).

Tomado de Revista Estadio

Año 1973

Iquique cuna de futbolistas.

Habitualmente uno se pregunta ¿Qué tiene Iquique que siempre aporta jugadores de fútbol o buenos boxeadores? Heriberto Pizarro nos da su respuesta.

-Recién le decía algo por el estilo. Allá se juega todos los días del año, pero eso puede pasar en cualquier parte. Yo creo que lo que distingue a los futbolistas iquiqueños es que, a parte de ser morenos todos, somos recios, de gran físico y mucha resistencia. A mi juicio, la razón está en que como nos criamos jugando en la playa, el físico se desarrolla en mayor medida y además la arena fortalece mucha las piernas. Por otra parte, el hecho de acostumbrarse a jugar a “pata pela” lo endurece a uno a tal extremo que ya no sienta cuando le pegan un  fierrazo.