14 de febrero de 1924.
Muere el año 2016.
Profesor Normalista
Que seis años no es nada.
Hugo Tassara ha comprobado que en su ausencia nadie lo olvidó ni dejó de distinguirlo y apreciarlo por lo que vale como hombre y como técnico.
En una cuadra tiene que detenerse varias veces. En el restaurante pararse de su asiento otras tantas. En el estadio distraerse del partido. No puede planificar el día ni asegurar donde se encontrará a una hora determinada, ni con quien. Es que los hombres como Hugo Tassara no pierden vigencia por mucho tiempo que estén ausentes. Por el contrario. Y ocurre que al volver por primera vez después de 6 años todos quieren saludarlo, darle un abrazo, hacerle sentir esa vigencia permanente en el afecto que supo ganarse con su bombead, su hidalguía, su señorío y el aprecio que ganó con su autoridad y su competencia.
Seis años suele ser mucho tiempo, el suficiente para que se simple el adagio popular, “espaldas vueltas, memorias muertas”. No es el caso del profesor Tassara, según ha podido sentirlo con una disimulada emoción. Como en el tango, el puede decir que “seis años no es nada…” Y quizás esta grata comprobación le agudice el deseo de quedarse aunque con el retorno definitivo tuviera que dejar muchas cosas, como esa hija mayor (Griselda, 23 años) casada con costarricense, como es parejita de nietos adorables que ya le dio, como el ambiente y distinción de que goza en Costa Rica, como la paz del espíritu que le comunican la belleza, la tranquilidad, la gente, el clima de la suave meseta tropical.
-En principio, vengo de vacaciones -nos advierte-. No he venido a ofrecerme a ningún club. Solo he conversado con la gente de Universidad de Chile a iniciativa de ellos y no hablaré con nadie más. Si finalmente estamos de acuerdo en todo, seré muy feliz de quedarme en mi país, de levantar nuevamente mi casa (tengo que empezar por comprarla), de aportar algo de mi experiencia, de la madurez que me dan los 50 años cumplidos, de lo mucho que he estudiado y visto, a un club chileno que por lo demás es mi club. Si no hubiera solución favorable a mis planteamientos, que han sido muy claros, muy honestos, en los primeros días de febrero regreso a San José, donde me esperan cosas muy importantes por realizar, mi hija mayor y mis nietos….
Hugo ha dicho que la “U” es su club. Y recuerda: “Yo estuve a cargo de las divisiones inferiores en 1945 y 1946, con una juvenil en que destacaban Leonel Sánchez, Carlos Campos, Antezana, Cazenave, el “mono” Gálvez, y algunos otros. Tuve que dejar ese trabajo por mi afán incurable de perfeccionamiento. Tenía mi titulo de profesor normalista (Copiapó), pero ingrese al Instituto de educación física en 1948 y en 1952 me fui a trabajar a Maria Elena a estrenar mi cartón. Por eso digo que Universidad de Chile es mi club”.
Después de volver al magisterio y de hacer periodismo radial (una de sus pasiones), reaparece el entrenador en 1955, a cargo de las divisiones inferiores de Colo Colo. “Recuerdo que totalizamos 56 partidos sin perder entre 2a y 1ra infantil y que en esas divisiones despuntaron, entre otros, Jorge Toro y Juan Soto. Al año siguiente hice la preparación física del primer equipo, que entrenaba el uruguayo Enrique Fernández, y el 57 me entregaron el buzo con la “E” en propiedad. No era buen momento para tomar al equipo de más exigencia del fútbol chileno: había jugadores suspendidos a raíz del Sudamericano de Lima, la moral no era la mejor. Y es claro. Salí con un sentimiento de frustración”.
Hugo Tassara fue uno de los primeros elegidos por Fernando Riera para su equipo técnico cuando empezó a trabajar con los planteles nacionales para la Copa del Mundo. Pero ya el medioambiente lo estaba asfixiando un poco, veía cosas -no en torno al trabajo de la selección- que repelían a sus principios de rectitud, de solidaridad profesional, de dignificación de la profesión y prefirió emigrar. Fue su primera salida.
En 1959 fui contratado por la Liga Deportiva de Alajuelense. Hasta entonces todo me había sido demasiado fácil y quería descubrir lo difícil, que después de todo no resultó tan difícil que digamos… En dos años aprendí una barbaridad. Con Alajuela hicimos una gira inolvidable por 35 países de Europa, África y Asia; mi mundo del fútbol se ensanchó. Vi entonces a los holandeses aplicados ya a una idea, vi a los húngaros muy bien orientados, así como a los checoslovacos y disfruté del fútbol inglés de campeonato. Una de las incógnitas para mí es por que Hungría, Checoslovaquia y la misma Inglaterra no han llegado al estándar que entonces prometían.
La proximidad inmediata de la Copa del Mundo del 62 lo trajo de vuelta a Chile. Aquí iba a estar el epicentro del fútbol mundial y un profesional que se respete no podía marginarse de él. Por eso vino a Palestino en 1961 y se puso otra vez a las órdenes de Riera y en la Copa misma de su “veedor” en el grupo de Viña del Mar. De Centroamérica lo llamaban pero tenía una espina atravesada que quería sacarse. Por eso aceptó hacerse cargo nuevamente de Colo Colo en 1963. Y se dio la gran satisfacción, que era una especie de revancha: fue campeón. “Hicimos la campaña con 14 jugadores -recuerda- y todo salió bien. A propósito, mi brazo derecho ese año fue Pedro Morales, como ayudante. El año había sido muy exigente para plantel tan reducido y dispuse vacaciones totales, lo que molestó al presidente Jovino Novoa, que pensaba en giras y temporadas internacionales…; esa “molestia” significó que cumpliera el resto de mi contrataron en “la Escuela de Fútbol de Colo Colo…”.
Y otra vez el ambiente le pareció enrarecido al técnico de una sola línea que ha sido siempre Hugo Tassara; vio con desconsuelo como se desvirtuaban los objetivos de la Asociación de Entrenadores, de la que él mismo había sido un fundador; le dio urticaria la moda de los “binomios técnicos” y a la primera de cambios levantó el vuelo otra vez. Solo que no acertó en la elección. No fue que en Lima lo trataran mal, por el contrario. Defensor Arica era un club, para trabajar bien, la capital peruana le fue cordial, solo que… “No, este es un episodio que prefiero olvidar, porque terminó en lo mas negro de mi vida”. Un par de malos profesionales de su propio equipo llegaron a producirle un trauma que lo tuvo afectado por años y del que creyó que podía recuperarse en la paz y en el trabajo de la Liga Alajuelense nuevamente, en 1967. Aun no repuesto de aquel shock que conmovió tan íntimamente su sensibilidad y su concepto prístino de lo honesto, hizo un viaje a casa (1969) para descubrir con pesar que las condiciones no estaban dadas para su regreso definitivo.
-Recibí proposiciones del Aurora de Guatemala, del Águila del Salvador y del Herediano de Costa Rica. Me decidí por este último porque era del país que ya me había acogido tan bien y porque entrañaba una empresa difícil: se trataba de salvarlo. Y se salvó.
Juntamente con eso, la Federación costarricense le encargó la creación de la Escuela de Fútbol a nivel nacional, una de las fases de su carrera que mas atraen al profesor por auténtica vocación que es Hugo Tassara. Hay en su bitácora un fugaz paso por la preparación física del Saprisa (“Seguramente me contrataron con la idea que también abarcara el aspecto técnico, pero había un entrenador y yo no podía meter la mano en su campo”) y dos años en Panamá.
En 1972-73 fui contratado por el gobierno panameño para trabajar también a nivel nacional. Formé 300 técnicos, preparé al equipo que sorprendió ganando con 0 gol en contra el Campeonato Centroamericano, jugado en Guatemala, restablecí el equilibrio emocional y psicológico definitivamente. Me sentí plenamente realizado… El año pasado volví a Alajuela, el equipo iba penúltimo y lo entregué en 4º lugar… Y entonces me picó el bichito de la nostalgia, con esos deseos irrefrenables que inocula de estar aunque sean unos días en casa, de ver a los amigos, de tomarse un pisco sour o una copa de vino chileno, de comprobar por ojos propios la realidad nacional…
Y aquí está Hugo Tassara, seguro de sí mismo, ilusionado-pero no desmedidamente- con la posibilidad de volver a trabajar en Chile, lo que siente como un obligación moral, siempre que se den las condiciones que él necesita y exige. En Costa Roca le aguarda una oferta tentadora: la del Castillo Country Club, que quiere abarcar el fútbol entre sus múltiples actividades deportivas. Un club “de película”, con 34 hectáreas de campos para el deporte, en plena montaña, con 5mil socios, con una entrada de 500 mil dólares mensuales, con una pista de hielo para patinaje en el corazón trópico. Todo muy lindo, pero no tanto como despertarse en la mañana y ver al fondo el panorama familiar de la cordillera, aspirar el aire oxigenado del valle, meterse en el trafago de Ahumada y Huérfanos, sentir la intima satisfacción que se está haciendo algo por el propio país.
Antonino Vera
Tomad0 de la revista Estadio
21 de enero de 1975, página 20-22
La ficha
Hugo Tassara.
Nacido el 14 de Febrero de 1924, en Iquique. Casado, 4 hijos (dos damas y dos varones).
Ingresó a la Escuela Normal de Copiapó en 1938, egresando en 1943.
Ingresó al instituto de Educación Física en 1948, egresando en 1951.
Arquero de las selecciones de Tocopilla, Maria Elena y Copiapó.
Suplente de Mario Ibáñez en la “U” (3 años).
Entrenador desde 1952.
Se desempeñó en el fútbol profesional chileno en Colo Colo (1957, 58 y 1963) y Palestino (1981-82) Ayudante y veedor de la selección a la Copa del Mundo de 1962.
En el extranjero ha trabajado en Costa Rica (Alajuela, Herediano, Saprisa) y Panamá.
Paralelamente con sus labores de entrenador ha cumplido interesante misión como profesor de fútbol a través de sus minilecciones o mensajes técnicos de fútbol, que entrega en grabaciones a las principales emisoras centroamericanas; la radiotelefonía y el periodismo en general son pasiones que cultiva desde niño.
Tomada de la revista Estadio
21 de Enero de 1975
Página 20.
Durante sus 14 años como técnico profesional dirigió en Chile a Everton, Palestino, Universidad de Chile y Colo-Colo, con el que se coronó campeón del Torneo Nacional en 1963.
Ha escrito 15 libros relacionados, con lo que, según afirma, son los principios fundamentales del fútbol actual: técnica, recuperación, posesión, y transición de la pelota. Actualmente está radicado en Costa Rica donde está a cargo de las divisiones inferiores del Herediano de la primera división. Además, en 1996, recibió el premio al mejor comentarista de televisión de Costa Rica. “Afortunadamente estoy haciendo lo que más me gusta que es enseñar. Trabajo con los niños de entre 5 y 20 años y tengo a mi cargo a 14 entrenadores que me ayudan con los chicos”, afirma orgulloso.
Dirigió a:
Universidad de Chile
Colo-Colo
Liga Deportiva Alajuelense (Costa Rica)
Palestino
Defensor Arica (Perú)
Everton
Selección de Panamá.
Frases y conceptos.
*** El fútbol de Costa rica recién se esta desprendiendo de su “argentinismo”. Durante años ese fue su modelo, de ahí que haya jugadores técnicamente muy buenos, como para jugar en cualquier parte, pero incompletos. En el país hay pasión por el fútbol, pero falta una mejor organización.
*** Los futbolistas panameños son veloces, resistentes, aplicados, han mejorado muchísimo, pero les cuesta asimilar la técnica, revientan a cualquiera; llegan bien, pero a menudo no saben que hacer con la pelota. Y en Panamá todavía no hay afición. No es raro ver partidos, en un excelente estadios, con apenas un centenar de espectadores.
*** Si yo hubiese visto solo los partidos de Universidad de Chile- Magallanes y Unión Española- Concepción, si duda que me habría llevado una triste impresión del fútbol chileno del momento. Felizmente vi Huachipato – Colo Colo y entonces la conclusión es muy diferente. Si en los primeros dos encuentros observé el desgaste inútil de energías a ritmo falso-gente que camina mucho con la pelota, estática, con claros de luz entre medio campo y ataque de muchos metros, desaplicada- en el otro me entusiasmaron la dinámica, la técnica en velocidad, la fuerza, la aplicación táctica, todo.
*** Para mí, entre las cosas esenciales del fútbol están perfeccionar la simplicidad, aguzar el sentido táctico, formar la mentalidad para solucionar los problemas. Y esto debe empezar con el niño. Yo llevé a México a un equipo de chicos de 9 a 11 años, enseñados en estos principios, jugó 11 paridos, ganó 9 y empató 2.
*** La esencia misma del fútbol es lo que se les vio a los holandeses y polacos en la Copa del Mundo (lo de los alemanes no era novedad para nadie). Para ellos el sistema es más que nada una distribución de hombres en el campo antes de empezar el partido. Se distribuyen en 4-2-4 o 4-3-3, con o sin cerrojo, lo fundamental es la circulación veloz de 90 minutos. Y de todos, buscando siempre el camino hacia delante. El fútbol sigue necesitando de talentos y los necesitará siempre; algunos (como “Chamaco” Valdés, por ejemplo) podrán ser mas o menos liberados de determinadas exigencias porque con su talento suplirán alguna deficiencia (menos movilidad, marcación, etc…) pero esto será excepcional.
***Los grandes equipos empiezan a armarse de atrás.
*** El entrenador chileno que trabaja en el extranjero esta siempre pensando y actuando en función de chileno, lo que lo obliga a ser más cumplidor, más trabajador y más capacitado.
Tomada de la revista Estadio
21 de Enero de 1975
Página 22.