Nació el 31 de agosto de 1898.

Falleció el 7 de enero de 1977.

El box iquiqueño goza hoy de un gran prestigio, tanto dentro el  país como en el extranjero.

Ello  se debe en gran parte, a la  labor de don Ramón Montoya.

El distinguido deportista, don Ramón Montoya, ha sido un verdadero “forjador de campeones” y, desde luego salta a la memoria Tani Loayza, que fue descubierto y formado en la escuela de box de Montoya,  quien con todo esmero,  cuidado e inteligencia se preocupó de la carrera pugilística de este muchacho, que dio brillo al deporte chileno, consagrándose como una de las figuras cumbre del pugilismo mundial.

Hay muchos otros valores  efectivos del boxeo  iquiqueño que han recibido  las enseñanzas de Montoya,  como ser: Luis Martínez, Miranda, Rivera, Sampson, etc. Todos ellos pertenecientes al Heriberto Rojas B. C.

Hoy nuevamente, don Ramón ve el resultado de sus desvelos,  con la actuación brillante que ha tenido el “ídolo” iquiqueño Francisco Bahamondes en Buenos Aires. Bahamondes  recibió de Montoya la enseñanza  de esa técnica  depurada  que ha exhibido  nuestro ídolo en Argentina  ante elementos    consagrados del boxeo  panamericano y que le ha merecido el calificativo de crack en el esquive y en el manejo de su potente izquierda.

Cualquier otro entrenador, cualquier otro dirigente se habría envanecido con estos éxitos, pero ¡qué contraste!, hemos  conversado con Montoya, y nos recibe  como siempre,  sonriente, sencillo,  sin ningún alarde  ni comentario,  solamente demostrando  que ha cumplido con un deber de  verdadero deportista.

¡Estos son los verdaderos valores de Tarapacá! Silenciosos, pero efectivos, que en forma abnegada  y sin aspavientos ni pretensiones de figuración, desarrollan  en los gimnasios  de los centros una labor fructífera  y correcta, y que, a la postre,  dan tan  halagadores resultados, como lo ha sido Francisco Bahamondes en el reciente torneo panamericano.

Contrariando la modestia de don Ramón, he querido dejar constancia de sus merecimientos y, al mismo tiempo, alentarlo en sus sacrificios, presentándole mi más  cálida y sincera felicitación.

 

L.

El Tarapacá

Iquique, Chile

19 Noviembre 1938 , página 5