Nacido en Iquique

Estatura: 1.81

Formado en la Academia de Educación Física

En Santiago juega por la Universidad Católica

Seleccionado chileno bajo la dirección de Kenneth Davidson, en la década de los años 40.

Características: «Hay que dribblear y fintear como Maiocchi».

 

Se cuenta que su padre tenía un hotel en las esquinas de Lynch con Riquelme, una casona de madera, que hoy está ocupada por un establecimiento educacional.

La revista Estadio escribió:

TIENE LA FINTA Y EL DRIBLING DEL GRINGO

En cualquier cancha nacional o extranjera Maiocchi dejará la impresión de que es jugador de basquetbol, porque es jugador tipo técnico. Puede pararse bien, afirmarse en sus pies con las rodillas en semiflexión, suave y fácil para cualquier movimiento. De nuestros basquetbolistas de cartel son pocos los que saben ponerse en firme y ágil contacto con el suelo. Alto, espigado, de un metro 81 es uno de los valores de la nueva generación de técnica más adelantada, de los muchachos más cultivados para el básquetbol hecho destreza, habilidad, armonía y acción cerebral. Sin duda, el mejor alumno de Kenneth Davidson, y uno de los que fueron al Campeonato Sudamericano de Lima que no perdieron el viaje; abrió bien los ojos allá y desde su regreso fue acusando progresos notorios hasta colocarse en la fila de los buenos de ley.

Todo el inundo lo siente y lo dice: «¡Qué lástima que Davidson haya tenido que irse. Era imprescindible su permanencia, en Chile, por lo menos un año más. Dejó a sus muchachos en el medio del camino». Mucho se adelantó con los valiosos conocimientos que sembró por donde anduvo y por donde jugó, mas la lección quedó trunca, y ahí está nuestro básquetbol, en «panne» y con riesgo grande por delante: sin la mirada atenta que corrige y observa, muchas jugadas y movimientos básicos irán degenerando y malográndose. Ya se han notado bajas visibles entre sus- alumnos. Maiocchi no está entre éstos: junto con él hay varios felizmente, que siguen manteniendo la esencia de la escuela «davidsoniana» y prestigiando al maestro.

Que el «coach» norteamericano ha sido el mejor difusor de la buena técnica que ha pasado por esta tierra, es verdad más grande que el San Cristóbal. Están para probarlo veinte o treinta jugadores jóvenes que recibieron en forma directa su ejemplo y su influencia. Ellos están encargados de lucir el mejor nivel técnico del básquetbol santiaguino, pese a. que, por diversas circunstancias, la mayoría de los teams locales atraviesan por un momento poco convincente; pero quienes son sus portaestandartes siempre, en la cancha, sobresalen e impresionan por la jerarquía de su juego y es fácil individualizarlos. Son conocidos los alumnos de Davidson, forman la «crema», y no será problema, en cualquier instante, formar la selección de Santiago (debía la Asociación preocuparse ya seriamente de este asunto si no desea seguir sufriendo fracasos en los campeonatos nacionales). Mahanna, Maiocchi, Moreno, Iglesias, Mosqueira, Niada, Molinari, Monti, Valenzuela y Sánchez, tendrán que ser llamados junto a Kapstein, Hernández y Ziomi, seguramente.

En este grupo selecto, Arnaldo Maiocchi Clementi marca un paso adelante por la bondad de su técnica. Sabe manejar una pelota con el juego conveniente de muñecas y es diestro en las fintas y en el dribbling bajo a un costado, que es el que deberían dominar todos los jugadores. Lo he dicho en otras ocasiones: «Maiocchi hace recordar a Davidson», y éste es el mejor elogio que pueden recibir los que buscan en el rectángulo de madera satisfacciones para sus anhelos v pretensiones. Con su técnica de indiscutible factura tiene un prestigio y popularidad bien obtenidos: los entrenadores les dicen a sus muchachos: «hay que dribblear y fintear como Maiocchi».

Coronel

Estadio Nº 41, 9 de abril de 1949