Nada más mínimo y a la vez necesario. El botón es una pieza fundamental que los antiguos desconocieron aunque construyeran pirámides. Para muestra un botón, se dice como para afirmar la existencia de algo. Hay una película que al parecer en Chile, sólo dos personas vimos. Esa otra persona era Juan Podestá que gozaba comentando “La guerra de las botones”. Peleas entre dos pueblos rivales, mientras los nazis invaden Francia. Una guerra entre niños. A los vencidos se le quitaban los botones. Llegaban a sus casas deshonrados con camisas y pantalones sin esos soportes.
Según el documental La Batalla de Chile, en Madrid existe la tienda más grande que expende botones. De todos los tipos y tamaños. En Iquique en la casa Mickey, El Mono Panchito, Casa Elisa y Casa Violeta, se compraban. En la gaveta de la máquina de coser había cientos y de todos los portes. Las camisas necesitaban siempre de ellos. Se caían o algunos se quebraban. Un tiempo atrás hubo necesidad de ciertos botones. Por lo mismo en las ventanas de algunas casas, incluyo la mía, un sobrio letrero “Se forran botones”.
Pegar un botón, así se le decía al arte no menor, de coserlo en la prenda y que calce con el ojal. Había que hilvanar la aguja y en tres toques, el botón quedaba en prisión. Nuestro querido Godofredo Morales, elegante como ninguno, llegaba al viejo liceo con chaqueta de color azul marino, cruzado y con botones dorados. Nos encandilaba su verso y prestancia. Al inútil se le decía: “No sabe ni pegar un botón”. Pero, lo confieso, se aprende.
¿Dónde se compran botones en Iquique? Tal vez en la feria Persa o en el mall Chino. Las cajas donde venían chocolates, se usaban como bodegas donde sin orden algunos, los botones alternaban. No importaba el tamaño ni el color.
Pero tenían otros usos. Con los más grandes se podía jugar al Run Run. Los más pequeños en improvisadas canchas se usaban como balones, en tableros en que cada equipo disponía de once jugadores sobre las calas.
Recomiendo ver La guerra de los botones. Un regreso a la infancia.
Publicado en La Estrella de Iquique, el 22 de enero de 2023.