Cuando ya se sentía la llegada de la crisis de salitre, del año 29, un grupo de hombres del ferrocarril inglés se juntaron para fundar un nuevo club deportivo. Era el año 1926, el mes: enero. En búsqueda de un nombre dirigieron la mirada a Gran Bretaña. La figura del rey Jorge V los inspiró para el acto fundacional. A este rey le tocó vivir la primera guerra mundial y se hizo querido al visitar las tropas en el campo de batalla. Murió el año 1936 y es muy probable que no se haya enterado qué un club en el Norte Grande de Chile y que sus súbditos eran deportistas, y que llevara su nombre. No sabemos porque el verde es su color identitario.

En esta ciudad sus dirigentes y jugadores se las han arreglado para superar los momentos difíciles que la ciudad y este club les ha tocado vivir. Club de basquetbolistas y de futbolistas. Forman parte del paisaje deportivo de esta ciudad tan ingrata, a veces con su historia. En el baloncesto la presencia y recuerdo de los hermanos Corderos en la época dorada de este deporte en Chile y que se pasea por Londres, Helsinki entre otras ciudades, sin contar con las de Latinoamérica como Buenos Aires. El último inmenso Patricio Arroyo uno de los jugadores más completos de este hermoso deporte. En el fútbol Juan Manuel Acuña en la década de los 40 defendió al Audax en el profesionalismo. Y la lista es larga. Los dirigentes actuales Belisario Pérez, su hermano y Patricio Vega son pilares fundamentales.

Los del Jorge V no sin dificultad nunca han abandonado la labor formativa. Las hermanas del Valle, claves en el básquetbol femenino aún se les recuerda sentadas en la vieja Casa del Deportista. Ellas son inspiración para los del Jorge.

Es hora de que las autoridades le cumplan con las promesas alguna vez planteadas. El sector del Mercado Municipal se verá dinamizado si se le da a este club próximo a cumplir el centenario, las condiciones que se merecen. Lo que hacen estos clubes como el Jorge V es trabajar sin fines de lucro, formar y entregar valores. ¿No es poca cosa no?

Publicado en La Estrella de Iquique, el 21 de enero de 2024.