Los que fuimos criados en la matiné en los cines locales, con rotativas incluida, no podemos dejar de pasar por alto la influencia de las radios AM. Época en la que el sonido penetraba por todos los barrios. Una de ellas, el Salitre, tenía incluso una programación, por las tardes de música clásica. Y se anunciaba en el Tarapacá, la prensa que tenía sus imprentas en la calle Bolívar.

Uno escuchaba los nombres de los hombres de radio, que con la mínima tecnología le sacaban sonido a los viejos discos.  Se esperaba con ansias que el DJ pusiera el tema que sonaba. Todos estos con auspiciadoras. Sabrosalsa Deyco, una de tantas. A las 13, 30 el Reporter Esso en la voz de Pepe Abad, nos informaba de lo que acontecía en el país y en el mundo. La llamada guerra fría dominaba el mundo. Era un mundo de hombres, aunque un par de mujeres sobresalieron, recuerdo a Alicia Acuña y hoy a Vianka Harder.

Nuestros hombres de radio, se encerraban en un pequeño cuartucho que llamaban sala de sonidos. Nombres ilustres y extensos que no caben todos aquí. Este mes de septiembre la alegría y la pena nos cogió del cuello. Nuestro Leonel Cortés, chin chin que fuera nuestro compañero de pupitre en el Liceo, animó las mañanas de esta ciudad, su inspiración un viejo cuaderno donde escribía lo que haría reír a taxistas y dueñas de casas. En su querida oficina Alianza ya jugaba a ser locutor.

Pero nos dejó un hombre de nombre inolvidable Leslie Omar Díaz, uno de los tantos DJ de la juventud. Junto a otros dejó entrar el sonido del rock cuando el vals, el bolero y el tango mandaban en el dial. Traducía al español los nombres de canciones como No corras por mi papito.  Me lo imagino junto a Andrés Daniels, a Jaime Gandarillas de la radio Esmeralda haciendo rankings de los éxitos de siempre. Ya lo sabrá Leslie nada es para siempre.

En Sevilla una calle lleva el nombre de Bobby Deglané, un iquiqueño que revolucionó la radio española, antes que Raúl Matas. Transmitió basquetbol y boxeo. Nadie es profeta. Abrazos Chin Chin y ya nos veremos Leslie

Publicado en La Estrella de Iquique, el 29 de septiembre de 2024