En el lugar donde se instalaba un grupo social, con el sueño de la casa propia, iba acompañado de muchos otros sueños. Entre todos hombres y mujeres de los más diversos oficios y ocupaciones, se compartían las labores comunitarias, como ayudar a hacer una zanja o bien realizar una instalación eléctrica. Y muchas otras más. Para la mayoría tener una sede social era y sigue siendo una necesidad mayor.

Cuando Iquique se empieza a extender lentamente, con casas de dos pisos, y casi todas de madera, el sueño de tener una cancha de fútbol propia ocupaba un lugar de privilegio. Pero antes que todo había que tener un club deportivo y estar inscritos en las decenas de ligas que había en la ciudad. Una de ellas la liga de los barrios.

En la década de los años 60, en Santiago, se realizaban campeonatos internacionales, bajo la forma de hexagonales, cuadrangulares entre otros. En enero o en febrero , en verano y a través de la radio seguíamos esos encuentros. Nombres de clubes de Europa y en especial de la órbita socialista se hacían presente. De Brasil vino Santos, de Uruguay Peñarol, y así.

Nos llamó la atención uno que venía de la Unión Soviética, el Dinamo de Kiev.  Recordar que también hay otros, Bucarest,  Zagreb y muchos más. El dinamo nos era conocido por su utilidad. Una pequeña máquina que cabía en la palma de la mano y que al girar  frotando la llanta, daba luz para  iluminar las oscuras calles de los nuevos barrios. Era una luz humilde. Se ponía, por lo general, en la rueda trasera.

En septiembre del ​año 1973 una patrulla militar golpea sin sutilezas alguna la puerta de la casa del presidente. Y sin ningún rodeo preguntan sobre el origen del nombre del club. Buscaban conexiones con el comunismo internacional, redes, agentes infiltrados, etc. Al viejo dirigente no se le ocurrió nada mejor que argumentar que el nombre surge al ver a un ciclista, abrirse paso a través de la noche, alumbrando con esa modesta luz.

Escribo por cierto del Barrio Norte Hospital y de su muy recordado club Dinamo.

Publicado en La Estrella de Iquique el 8  de diciembre de 2024.

La fotografía es de referencia