La Fuerza Aérea de Chile tiene una deuda con Iquique. Deben ser más, pero hoy sólo me concentro en una. El año 2008 en el mes de enero, un incendio destruyó lo que se conocía como el palacio Mújica. En ese entonces usado por esa rama de las fuerzas armadas como casino de sub-oficiales. Han pasado ya largos seis años, el sitio eriazo sigue tal cual. Me corrigo, sigue peor. Hace un semana intentaron quemar las pocas maderas que quedan. Luego del siniestro cerraron el lugar con maderas que pintaron de azul y garabatearon puertas y ventas. Nunca entendí si fue una broma o no. En todo caso si lo fue, fue de mal gusto.
Nuestra postal preferida sobre todo para aquellos que creemos que el casco antiguo hay que cuidarlo. La calle Baquedano luce deprimente. Hace un par de meses, otra casa, vecina al palacio Astoreca, sufrió un amago de incendio. Los vecinos pusieron carteles, pero al parecer las autoridades no se dan por enteradas. Ni que hablar de la casa esquina de al frente.
Rumores afirman que el gobierno regional compraría ese terreno a los aviadores para construir un edificio de época. El gobierno se va, y espero que el que viene, desarrolle una mejor política de cuidado del patrimonio con medidas eficaces. Lo mismo debiera hacer el municipio y el Consejo de Monumentos Nacionales.
El casco antiguo de la ciudad es el más vulnerable. Por lo mismo precisa de cuidados y sobre todo de inversiones que potencien su capital turístico. Somos los ciudadanos además, los que debemos empoderarnos para asumir la defensa de esta parte de nuestra historia.
Aparte de política regional de patrimonio se necesitan instrumentos eficaces para evitar que siniestros y la desidia como el que aconteció con el llamado palacio Mujica, se vuelvan a repetir. El palacio Astoreca ha sabido resistir. La pregunta es hasta cuando.
A seis años de ese incendio duele ver como una riqueza arquitéctonica se reduce a un sitio vacío; a un lugar de hospedaje de vagabundos y sobre todo, da vergueza como la ciudad trata, como trata su propia historia.
Publicado en La Estrella de Iquique, el 23 de febrero de 2013, página 16.