Siempre me gustó su nombre. Remitía a una ciudad que no se podía entender sin el aporte de los obreros -hombres y mujeres- a la construcción e ideario de una sociedad mejor. Lo de bazar, nos conectaba al mundo árabe, con sus mercaderías colgadas que a veces  te obstaculizaba el paso o la mirada. Demás está decir que en el Norte Grande nació el movimiento obrero, con su proyecto del obrero ilustrado, racional y emancipado que leía El Despertar de los Trabajadores.

Hoy la palabra obrero desaparece del habla. Parece que molesta e incomoda. Se prefiere subalterno, vulnerable, etc. Esta legendaria tienda ubicada en Tarapacá con Barros Arana, persistió en conservar su nombre, su identidad y resistir, a su modo, a las trasnacionales que sobre las ruinas de la Casa del Deportista, por solo dar un ejemplo, arrasaron con el deportivismo local.

El Bazar Obrero era atendido por su propio dueño, lo que no era poca cosa. Un sujeto delgado, de gruesos anteojos que en sus tiempos de ocio, tecleaba su vieja máquina de escribir, sacando a flote viejos naufragios, develando misterios de Huantajaya,  de los puertos guaneros o del aporte de los chinos. Y para colmo, ejerce la generosidad así como otros, la envidia.  Mario Zolezzi Velásquez hacía uso de un exquisito e histórico sentido del humor. El decano de los cronistas iquiqueños. Su hermano, a su lado, era su cable a tierra.

El Bazar Obrero era además el lugar donde aun llegaba lo que quedaba de la industria nacional. Frazadas, pañuelos,  toallas, con marcas como Chiteco, alpargatas marca Iberia, calcetines, telas para trajes tanto para hombres como para mujeres y un cuanto hay. Un inmenso mostrador donde se extendía la mercadería que era medida por una inmensa regla de madera.

Lo que no pudo la crisis el año 1930, lo consigue el neoliberalismo y el Covid 19: cerrar las puertas de este lugar de memoria de la historia del puerto. Un negocio imprescindible, vecino del Mono Panchito, del Genovés y del café O’Estadio. Su cierre es una especie del fin de la historia.

Publicado en La Estrella de Iquique, el 9 de mayo de 2021, página 11.