Bernardo Solari Loyal

1929-2004

Hermosa promesa

Es la mejor esperanza de la natación

Casi siempre se escribe sobre lo que ha sucedido o acaba de suceder. Sobre el pasado o el presente. Esta vez vamos a escribir sobre el futuro. Acerca de lo que puede llegar a ser un muchachote iquiqueño de 16 años de edad, que mide 1,77 metro de estatura y pesa 85 kilos, y que en su primera actuación en pruebas para todo competidor, en una selección nacional, ha vencido a los mejores velocistas de Chile.

Eso por sí solo no es mucho. La natación chilena pasa por un  mal momento y para obtener esa victoria Solari tuvo solamente que marcar 1´5” 3/10, lo que no lo autoriza para tener ninguna clase de pretensiones en el próximo Campeonato Sudamericano. Además, la historia de nuestra natación está llena de muchachos promisorios que han señalado 1´5” es sus primeras temporadas, para después desaparecer sin pena ni gloria. Cualquier joven de buenas condiciones físicas que sepa nadar un buen crawl puede llegar rápidamente a esas marcas. Para pasar de ellas hace falta algo más. Chispa de campeón y constancia en el entrenamiento. Por eso dijimos que estamos escribiendo sobre el futuro. Sobre lo que Bernardo Solari puede llegar a rendir. Lo que nosotros quisiéramos que rindiera para que la natación chilena tuviera la gran figura que tanto necesita actualmente.

La marca en sí no dice nada. Para apreciarla en todo su valor hay que saber muchas otras cosas. Que Solari venía llegando de un viaje largo e incómodo; que en los últimos quince días no había entrenado a conciencia, porque nunca ha tenido profesional que puliera su estilo; que sus actuaciones son exclusivamente fruto de sus dotes físicos, porque en Iquique no hay una piscina temperada, y, en esas condiciones el entrenamiento tiene que limitarse a los cuatro meses de verano, y que corrió toda la prueba vigilando a Armando Moreno estaba haciendo tren falso, esperando la arremetida final del Iquiqueño.

Si se suman todos estos factores adversos, se agrega a ellos la extrema juventud de  Solari y la magnífica promesa que su desarrollo físico significa, hay que llegar a una conclusión inevitable: el joven velocista puede perfectamente convertirse en la gran figura que necesita nuestra natación para su recuperación definitiva.

Bernardo Solari es, en cierto modo, un sueño hecho realidad. Hace muchos años, su padre –que es chileno- , fue uno de los mejores nadadores en Italia. Pasó el tiempo y Tito Solari tuvo que salir del agua en busca de actividades más prosaicas, pero de todo punto indispensables como son la formación de un hogar y la lucha por una firme situación económica. No volvió a  nadar, pero siempre se mantuvo alrededor de las piscinas, sintiendo la poderosa nostalgia del pasado. Cuando su hijo empezó a nadar, ya el padre forjaba sueños alrededor de su futuro deportivo. A los diez años lo lanzó a la piscina y, aunque niño prefería jugar futbol, con sus compañeros del colegio, tuvo que aprender los intrincados detalles del crawl “para darle gusto a papá”.

En Iquique no hay entrenadores de natación, y es una lástima, porque podrían salir muy buenos elementos de sus playas. Por eso Tito Solari fue enseñando a su hijo todo lo que había aprendido en sus tiempos de nadador activo. La posición del cuerpo y de las piernas, la respiración sincronizada con los brazos, la técnica de las vueltas…

Hasta que un día a los doce años, Bernardo debutó en competencias oficiales, llegando segundo de José Lamas, en una prueba de 50 metros, para menores de trece años. Desde entonces sólo lo han vencido una vez más. Fue en el campeonato escolar de noviembre de 1948, en que cansando por el viaje, y sin saber dar bien las vueltas, fue superado por Walter Pinochet. Todas sus demás actuaciones han sido otras tantas victorias.

Ahora tiene que iniciarse la nueva etapa de su carrera. Pero la gloria deportiva, si llega a alcanzarla no afectará decisivamente su vida. El ya tiene un camino trazado y un objetivo que desea alcanzar. El deporte es bonito, brinda grandes satisfacciones, y no piensa abandonarlo, pero Bernardo Solari va a ser verdaderamente feliz cuando llegue a ser un buen médico. “Ese sí que es un gran record”, declara con un gesto de entusiasmo.

Tomado de Revista Estadio

12 de febrero de 1949

En el XXIV  Campeonato Nacional de Natación sobresalió Bernardo Solari. Desde el año 1942 que no se nadaba en Chile los 100 metros estilo libre en 1’02» 1 /10, tiempo que obtuvo el iquiqueño Bernardo Solari. Desde 1938, en plena época de oro, no se había señalado 2’23 5/ 10 en 200 metros estilo libre. Lo curioso es que Solari en esa época era sumamente joven (Revista Estadio Nº 355. 4 de marzo de 1950).

En los años 30, otro Solari, Alberto, había destacado como nadador en Iquique. Cuestión de familia.