Tanto el barrio, como la ciudad, se transformaron en objeto de inspiración para poetas y lo que se llama ahora, cantautores. El tango, la salsa, el rock, entre otras músicas llamadas urbanas, difundieron una idea de barrio. A veces, romántica, otras no. El tango «Caminito», es uno de los tantos que, ubica el amor y, su desespero en sus letras. «Pedro Navaja», convierte una calle del viejo territorio, en una tragedia: «Con el tumbao que tienen los guapos al caminar”. En «Las calles de Philadelphia», Bruce Springsteen, enmarca el dolor y, la soledad.

La ciudad y el barrio, se constituyeron en referencia básica, para construir postales de amor. «Valparaíso», de Osvaldo Rodríguez, es ya un clásico, lo mismo que, «Pongamos que hablo de Madrid», de Joaquín Sabina. ¿Pero, quién versa al barrio de hoy? Ése, ocupado por el tráfico y el consumo de drogas, el de la violencia diaria?.  ¿Quién narra, las desigualdades e injusticias, del entorno que los margina? Ya no lo canta el bolero, el tango, tampoco. Algo hay en el rock. Al parecer, es el rap, el que se ha instalado desde esas veredas, para rapear el barrio.

Con raíces en el Bronx, se expande a América latina.  Aquí, su mensaje ha caído como semilla en tierra húmeda. En Iquique, Edson Puch, el futbolista y nieto del Ñatito Cortéz, ha escrito: «Mi barrio». Retoma los viejos temas, pero se actualiza acorde con los tiempos actuales: «Con los míos, los demás, filo». Y no le saca el cuerpo a la jeringa: «Abunda el problema monetario, pero somos varios». El rap, está lleno de versos fáciles, reiterativos, pero eficaces. Y, la lealtad a toda prueba: «Pase lo que pase, es mi barrio».  El amigo es ahora el “bro”. Nuevas filiaciones marcadas por el rap y sus orígenes.

En este sentido, la salsa, es prima hermana del rap. En ambos ritmos, lo urbano popular, se constituye en el centro de la inspiración. La salsa, parece ser más contemplativa, mientras que el rap, es más activo y militante. Si quieren saber, cómo está su barrio hoy, escuche un rap.

Publicado en La Estrella de Iquique, el 7 de diciembre de 2015, página 25