21 de septiembre de 1915.

22 de Agosto de 1988.

Jugó por el José Miguel Carrera y por el Sportiva Italiana en Iquique. Luego en el Badminton en Audax Italiano y en Colo-Colo. Jugando en Buenos Aires, los argentinos se maravillaron de su porte y de su potente disparo. Le pusieron por sobrenombre “El Obelisco”.  La siguiente nota es Raúl Duarte:

Carlos Atlaglic está lleno de historia deportiva. Comenzó en 1928, en cancha del Recreatorio que pertenece al colegio Don Bosco. “Jugué por Los Canarios del colegio Don Bosco que dirigía el padre Rubén Donoso,  figura tan querida para los que dábamos nuestros primeros pasos en el fútbol local”, nos dice. “Pasó el tiempo. –agrega- e ingresé a trabajar en la pampa, luego fui a cumplir con mi servicio militar en la Aviación en El Bosque en Santiago, lo que me dio la oportunidad de jugar por  club  Badminton que acaparaba, en esos tiempos, la atención de todos los iquiqueños que destacaban en el fútbol. En 1947, formé en el equipo de Audax Italiano, siendo campeón chileno en 1948. Hasta 1940 jugué por el equipo de Colonia y vine a Iquique, justo en donde el cuadro perdió por 1 a 0. Lo más importante era que jugaba en mi tierra.

Durante mucho tiempo, Atlaglic fue llamado por Iquique y siempre respondió para defender sus colores. Actuó contra Alianza de Lima, Universitario de esa ciudad y con otros equipos. Era tanta su calidad que no existía la menor duda ni vacilación cuando se trataba de reforzar con él, el cuadro local.

Defendió a Chile

En 1945, en el Campeonato Sudamericano de Fútbol jugó por Chile, siempre en la media cancha. Recordó al “Huaso” Barrera, al “Sapo” Livingstone, Piñeiro, Medina, Alcántara, entre otros. Luego señala a Busquetts y a Las Heras. En 1954, con grandes condiciones todavía, fue participando en una gira de grandes viejos cracks a Ríos de Janeiro, especialmente invitado los jugadores por Leonidas, esa brillante figura del Brasil, denominada “Brillante Negro”.

El gringo de siempre

Una manifestación de camaradería ofreció el Club Deportivo José Miguel Carrera, al ex futbolista profesional iquiqueño, Carlos Ataglich, radicado actualmente en la capital.

Habló el presidente de la institución, Alejandro Valencia, quien recordó la trayectoria del famoso “gringo” desde sus tiempos de niño, cuando corría descalzo tras la de “cuero”, en su arenosa cancha del Carrera. Eran los tiempos aquellos del “por altito y sin bote”, donde primaba más la condición individual de los jugadores. Y en ese campo deportivo, que hoy dio paso al crecimiento de Iquique, se forjó el temple del “gringo”. En ese yunque de grandes deportistas Ataglich forjó sus revelante condiciones para alzarse más tarde como uno de los mejores futbolistas de su época.

La fama de sus potentes disparos cruzó el ámbito nacional y corrió como reguero de pólvora en la capital. Hubo muchas proposiciones y tentaciones de los clubes para tenerlo entre sus filas.

Y la partida, con el dejo triste del iquiqueño de buen corazón, no se hizo esperar.  Llegó a Badminton y en las filas del equipo del “rodillo”, el “obelisco”, se abrió paso a la fama, junto a otros compañeros como Misael Escuti. Y así como éste, llegó a la selección nacional y fue apetecido por otros clubes, terminando su carrera en Audax Italiano.

Este verano, como siempre, ha vuelto a su terruño. Y siempre es el mismo: bonachón y sentimental. Por eso sus compañeros del Carrera, bajo el alero cordial de su sede social, le ofrecieron una despedida con motivo de su regreso a Santiago. Y el “gringo” volvió a sus tiempos mozos… lloró como un niño (La Estrella de Iquique. 12 de febrero de 1969. Página 8).

La Estrella de Iquique, escribió:

«No existió nadie en el país en su época, un jugador con tan extraordinaria potencia en sus disparos» (21 de enero de 1970, página 12).