Publico este texto de la autoría de Juan López, gran amigo que ya no está con nosotros.

CAVANCHA Y LOS CAVANCHINOS

Decir Cavancha hoy, es nombrar todo el territorio entre el edificio Atalaya y la Hostería u Hotel Cavancha como se llama ahora. Nadie asocia este nombre con la península propiamente tal y cuando un pasajero toma un colectivo y dice a Cavancha, le preguntan: ¿qué sector? Si lo hubiese tomado unos quince años atrás lo habrían ido a dejar dentro de la península. Porque Cavancha, Q’ awancha, que en voz aymara significa, zanjón o aguada. Es eso un accidente geográfico, una península enclavada en el Sur poniente de la ciudad de Iquique. Un barrio del Iquique antiguo, con identidad, tradición y estirpe como eran todos los barrios iquiqueños. Allí está físicamente y seguirá existiendo como accidente geográfico, pero le falta lo esencial, la vida de sus habitantes nacidos y criados allí o los que sacaron carta de ciudadanía “cavanchina”. Todos aquellos que se criaron entre las rocas, faluchos y cachuchos, bote, para los que no tiene una cultura caletera, de pesca artesanal. Esos mismos que ahora son una especie en extinción, que se juntan la la Fiesta de San Pedro, Cuando bailan Los Morenos de San Pedro de Cavancha o cuando muere una cavanchino o una cavanchina. ¡Cuidado que cuando muere uno, son tres los que se van!
Toda la actividad de los habitantes del sector, cavanchino es su gentilicio, giraba en torno al mar, a la pesca artesanal, la incipiente pesca industrial para las pesqueras que se ubicaban allí. Con su actividad conservera y pioneros en la harina de pescado, con unos pequeños molinos que se instalaron. La Pesquera Cavancha tenía barcos de madera de muy poco tonelaje, El Cavancha, El Santanderino, El Doña Marta, y la Pesquera Pacífico, para capturar la materia prima para sus productos Bahía, tenía unos faluchos inmensos, que eran conocidos como “Los Bototos”.
Los “Chamayos” y “Chamayas”, así se les llamaba a los obreros y obreras de la pesqueras y por extensión a los habitantes del lugar.
Los chamayos eran en su gran mayoría, de “Iquique” y transportados en camiones, los foráneos que vivían en la península, lo hacían en un cité de la Pesquera, ubicada en un pasaje llamado Juan Antonio Ríos o casas de la Pesquera para los Jefes. Los camiones hacían cuatro viajes,llegaban a las 8 y se iban a las 12. Regresaban a las 14 y se iban a las 18. Salvo el caso que se trabajara sobretiempo, cuando había abundancia de pesca. Las entradas y salidas de las Pesquera eran señalizadas con un “pito” (sirena) de la Pesquera Cavancha. El camino obligado de los camiones, era por la avenida y era obligación pasar por el Regimiento de Caballería “Granaderos”, una vez un oficial hizo detener uno de los camiones, porque estaba castigando físicamente a un conscripto, le gritaron ¡Cómetelo perro! Pareciera ser que en ese tiempo, fue un abuso de autoridad.
Esos mismos camiones, eran esperados por los cavanchinos, en la época de Carnaval, el día de los “picados”, que siempre es un martes, antes del miércoles ceniza, cuando se iban a las 12,porque en la tarde no había trabajo, en ese tiempo el día de los picados en Iquique, era feriado después del mediodía, para que en lo barrios se jugase a la “chaya”. Los cavanchinos y especialmente los pescadores, contaban con la complicidad de los choferes, que pasaban muy lentejas por la Calle principal, hoy Filomena Valenzuela.

Dentro de las comidas típicas de Iquique, se encuentra el “cavanchero”, que es un sanguche de atún con cebolla y algunos le agregan lechuga y en algunos restoranes de corte turístico, lo ha sofisticado mas aún. Este nació en la fábricas conserveras de la península, con el atún primero y el “mono” (bonito), después, se cocían en los autoclaves, una vez cocidos, se dejaban solo los lomos para el envasado. Las chamayitas, tomaban choca y llevaban cebolla picada y limón, cuando podían cilantro, sacaban a la mala alguno lomos, los desmenuzaban, echaban la cebolla, aceite, limón y preparaban unos sanguches mortales para poder tomar “lonche”.
Sin duda que las Pesquera, marcaron el ritmo en la vida de Cavancha como barrio, y porque no decirlo, fue muy influyente en la vida de la ciudad.

En lo deportivo el primero o uno de los primeros clubes, se llamó SIP y su cancha, ubicada en lo que ahora es el Hotel Chucumata, se llamó por años, la cancha del SIP y SIP, es la sigla de Sindicato Industria Pesquera.

En lo gremial, sus dirigentes, fueron borrados de los Registros Electorales, por comunistas, según dijo el gobierno de turno de la época, no se quiere incurrir en error, pero es probable que fuese el de Don Gabriel González Videla.

En la época de los 50, Cavancha era una isla, la movilización, llegaba hasta las 5 esquinas, con posterioridad se implementaron dos recorridos., Aduana – Cavancha y Mercado – Cavancha. Los estudiantes de Secundaria, hacían el camino a pie, un tiempo lo hicieron en los camiones cuando estos iba a buscar a las chamayas.

Los estudiantes de la Escuela Primaria no tenían problemas, porque asistían a la Gloriosa escuela Nº 27que se situaba en la calle Alcalde Godoy, en diagonal a la Gruta de Lourdes, aún está su fachada, porque después de su traslado fue el Jardín Pelusita de la JUNJI. Se la llevaron a Playa Brava y es la actual F 85 Manuel Castro Ramos. Valga la pena mencionar algunos profesores y profesoras que allí formaron generaciones de cavanchinos y cavanchinas, porque en ese tiempo, era casi una escuela rural, se pide las excusa respectivas si no se nombran algunos, pero la memoria es frágil: Carmen Mella, Gladys Checura, María Ostoic, Mario Ramírez, Victoria Bode, Pizarro, Oscar Marín, Orlando Latorre, Alejo Matus , Juan Huerta, Mireya Tapia. Sus Directores mas señeros, fueron Doña Alicia Carvajal y don René León Contreras. Casi todos las niños de Cavancha, pasaron por allí y muchos solo se quedaban con eso, eran pocos los que accedían a los Colegios Secundarios de la época. Había que irse a pie por la playa y en el Estadio Castro ramos sacudirse los pies y ponerse los zapatos, las clases eran mañana y tarde, por lo que eran cuatro viajes, menos los miércoles que solo había clases en la mañana, pero había los sábados medio día. Con el tiempo el transporte mejoró, porque en la península estuvieron los paraderos de las góndolas (micros) y luego el de las liebres que en ese tiempo eran de diez pasajeros, cuatro de espaldas al chofer, cuatro sentados en forma normal y dos adelante con el chofer. Ahora los niños del Cavancha actual, van al Lirima, al Hispano, al Don Bosco, etc.

Aunque Ud. no lo crea, España tuvo mucha influencia en la península, especialmente en las fábricas, en la elaboración y captura del pescado para la elaboración. Llegaron ciudadanos españoles, arrancando de Francisco Franco, los coños refugiados les decían en sordina. Formaron familia en Chile y aquí dejaron sus huesos muchos de ellos, Leyzá , Salomón Carreño, Cañarte, José Novo, padre de José María y prácticamente padre de Ramón Estay y sus hermanos, pues casó en segundas nupcias con la madre de éstos.

Varios fueron los extranjeros que se avecindaron allá, chinos dueños del almacén de la esquina, Don Guillermo y Don julio, don Guillermo Wong con sus hijos Vicente y Antonio. Ellos fueron los dueños de la panadería El Pueblo, que Vicente y Antonio, se encargaron de perderla a la muerte de su padre. Don César Manaka, japonés, dueño de un bar que tenía una billarina, Varios croatas ligados a la actividad pesquera. Hubo un fotógrafo argentino, que retrataba a medio mundo, era bonachón y de buen verso, hasta que un día se lo llevaron y pusieron en la frontera, era espía.

Un hito señero y muy importante en la vida de los cavanchinos, fue la llegada de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, que se instalaron en la Gruta de Lourdes, que en esa época ,parece que era parroquia, porque ha pasado por varias categorías, siendo en la actualidad Santuario. Los lideraba un sacerdote de pierna ortopédica, el Padre Rolando Girard y el padre Alberto su apellido era algo así como Chanchangrin, el cual al tiempo volvió como obispo de una ciudad canadiense, recordando, se puede nombrar al padre Gil. Leo Cantin, René Ferragne, Armando, Simón Pedro, Leonel Goulet, Marcelo Quirión, Mister Jonrón, seleccionado de Iquique en béisbol y que debía ponerse el uniforme sobre la sotana, fue Campeón de Chile con la novena iquiqueña. Con Roberto Quevillón ocurrió algo muy simpático, para una celebración de San Pedro, dejó a todo el mundo marcando ocupado, cuando en la misa del 29, con Los Morenos presentes dijo: “CANTEN TOROS CON SUS MARACAS”, lo que traducido al español era, dirigiéndose a Los Morenos, “CANTEN TODOS CON SUS MATRACAS”.

Los Padres Oblatos, cada Navidad, repartían juguetes en la sala parroquial para todos los niños de la península, el Viejo Pascuero, casi siempre era Victoriano Godoy Moraga, “Pepino”. Después de la misa del Gallo, en el mismo salón se servía un chocolate comunitario, para toda la barriada, los jóvenes y adultos de la época asistían a misa de terno y corbata, era un acontecimiento social. Es un deber nombrar a los curas mas recientes que han pasado por la Gruta. Mauricio que descansa en la Paz del Señor, Angel Fernández, tenaz opositor al régimen de Pinochet, Argimiro Aláez, Esteban Perek y García Louissier. El año 2001, los Oblatos cumplieron 53 años en Chile y 52 en Cavancha, perdón en Iquique.

Es sabido que toda actividad giraba en torno al mar, pesca artesanal, pesca industrial, pesqueras, marisquería, etc. Había una muy hermosa, que ahora que se ve a la distancia, eran verdaderas obras de arte. Tejer redes para la pesqueras. Para la captura del atún y el mono. La fábrica entregaba madejas de lienza blanca, que venía como la lana, había que ovillarlas y luego empezar a tejer los trasmallos, con una medida de las mallas, que era exacta y que iban midiendo con un mallero, malla por malla, cuadrado, por cuadrado. Allí estaban las dueñas de casa especialmente, para aumentar el ingreso familiar o ganar algunos centavos de la época, para sus necesidades femeninas. Muchas fueron las que dejaron sus ojos en ello, porque de preferencia tejían en la noche con una luz de mala calidad.
Después de eso venía la unión de los paños y “encabalgar” la red, es decir ponerle la cabos con los corchos por un lado y los plomos por el otro.
Pero si esto es hermoso y artístico, mucho más hermoso y realmente una obra de arte, es cuando los pescadores artesanales, remiendan sus redes, miran los “portillos”, generalmente causados por lobos marinos o por algún “bajo ahogado”, roca sumergida. Con un cuchillo muy afilado cortan los hilos y lo dejan listo para reponer las mallas que faltan, con una precisión asombrosa.
Al respecto hay una anécdota, Miguel Santana, “Cocoliche” hombre de mar y de un genio terrible, se iba un día a remendar sus redes, y le dijo a su señora Doña Lucy , que tenía un defecto en una de sus piernas, Voy a remendar las reses Lucy, redes Miguel le corrigió ella…reses Lucy…redes Miguel… y así estuvieron, hasta que Cocoliche se enojó y le dijo, te estoy diciendo coja r…….á que son reses…

A propósito de Miguel y su apodo, todos los cavanchinos y cavanchinas, estaban estigmatizados con uno, todos habían sido motejados y la mayoría de las veces de una manera ingeniosa, que identificaban plenamente. otros eran un tanto estrambóticos, de “fantasía” se diría. A medida que se desarrollen estos recuerdos, se nombrarán algunos, a veces con explicación en otras no, porque simplemente no la tienen. Algunos muy blancos y por favor no escandalizarse con los otros; a continuación se dirán algunos no bochornosos, como : Petati, El Guata, Cara e gato, Pichín, Loco Peñaflor, Care e Vieja, Pepino, Picho, Juanono, cachetón del ojo y tantos otros, que la lista sería interminable. Y de los otros, hay algunos muy sabrosos: Hijo de una pelea e chutos, Piedra cagá (porque se limpiaba con una piedra el que te dije), Cara e Raja, etc.

La pesca artesanal junto con la industrial que era casi artesanal como se ha dicho, eran aparte de las fábricas, las principales actividades laborales del sector. Había un muelle para ambas faenas la artesanal y la industrial, allí los pescadores, se embarcaban, secaban sus redes en los tendales, las lanchas de la pesquera desembarcaban en él la pesca que traían. Allí llegaban todos los productos del mar, incluidas las albacoras que eran cazadas con arpón y generalmente viaje al día. Este muelle, también fue avasallado por el progreso, lo recortaron y fue cedido por un período al Club Naútico. Ahora ya no existe es una víctima del Progreso.

Los pescadores, cuando no salían de viaje (por varios días), calaban sus redes cerca de la caleta, al caer la tarde, a la oración, y como a las nueve o diez, hacían la primera recorrida, para sacar los peces que ya habían amallado, como era la primera recorrida, se llamaban peces pescados a la “prima”. Luego se volvía a calar, los pescadores dormían en sus casas y se levantaban al amanecer, para ir a levantar las redes y volver a la caleta con ellos, para comercializarlos o entrégaselos al “pulpo”, que era el rematador, que les pagaba un precio ínfimo y él los vendía en el mercado o entregaba a restoranes u Hoteles, pero éste cuando la pescaba estaba mala, pasaba dinero a los pescadores, a cuenta de… ya sea para sus necesidades familiares o para la compra de víveres, cuando salían por varios días. Otras formas de pescar era el “bolear”, se calaban las redes cerca de una bajería (rocas sumergidas) y con un palo que en la punta tenía un corcho, el pescador, boleaba, golpeaba el agua, para espantar a los peces y se amallasen en la red. También, estaba la pesca a la mano, con lienza, posteriormente nylon de pescar, con carnada o con chispa, allí el pescador buscaba con su embarcación lugares donde los peces estuvieran picando, o a veces,” enguaraba”, echaba al mar cangrejos, peces o mariscos molidos, con sangre, para que los peces viniesen a comer y picasen en los anzuelos, cuando todo esto fallaba, tiraban al mar un “potito” de dinamita y luego de la explosión, a recoger los peces muertos que “bollaban” ( salían a flote).

Para la gran mayoría de los iquiqueños, los lugares mas conocidos, son el Balneario, el muelle, el Saladero, la Poza de los Caballos, el Buque Varado y Playa Brava. Pero para los cavanchinos hay otros lugares muy hermosos y que los conocían algunos iquiqueños privilegiados, generalmente amigo de algún peninsular. Así tenemos la poza de la Liza, que está en medio de las rocas, casi en la punta de la Península. En ese sector sobre las rocas había una casa de cemento donde vivían los Grawe primero y los Pizarro después. En la marejada del 67, ellos despertaron, cuando una ola rompió una ventana. Por el mismo lado un poco más al sur, está la “Cueva del Toro”, que es un socavón en la roca, donde entra la mar y tiene un respiradero por donde sale el aire y se siente como un mugido. Mas hacia el sur, pero por el mismo cuadrante había un lugar llamado el Malacate. Allí la pesquera Cavancha, botaba los desperdicios y tenía un desagüe por donde salía la sangre de los pescados, era como un enguare natural, mucha gente iba a pescar, con la baja, los cavanchinos, acudían a sacar los anzuelos que quedaban trabados, y la gente cortaba la “pará” para poder seguir pescando. En ese mismo sector se botaban los deshechos de hojalata, pues en la fábrica se confeccionaban los tarros para el envase de la producción, esta hojalata, con el aire salino y el tiempo, se petrificó. Este sector se ubica frente a la curva donde está actualmente la casa de la comandancia de la FACH.
En el mismo sector y hacia el sur poniente, en una caletón que parece piscina, se instaló una toma de agua, para el aseo con agua de mar de la pesquera, se hizo una plataforma de cemento y alguien puso un tablón para tirarse y se le bautizó como la “cimbra”, claro que éste se quebró luego, pero el nombre quedó, era de arenas blancas y se sacaban lindas almejas. Losa cavanchinos dejaron de asistir, cuando los “gay” (maricones) de la época, tomaron la hegemonía del sector. También se le llamaba La Poza de la Reina.
Por esos mismos lugares, pero yendo hacia el oriente, se encuentra “chojota”, no se maneja la significación de la toponimia que manejan los antiguos habitantes del barrio, para el común de los mortales, es simplemente “La Poza de los Caballos”, nombre que adquirió, porque allí llevaban a los “Pingos del Granaderos” a bañarlos y rasquetearlos, se les pasaba una escobilla de acero, llamada rasqueta, Un poco más allá “El Buque Varado”, del cual no queda nada, solo un pequeño vestigio, que se puede apreciar con la baja grande. La marejada del 67, se llevó lo que quedaba del “Alida”, velero que encalló allí, pensando que entraba a puerto.. Luego viene Playa Brava, que cobró muchas vidas humanas, pero donde se podía chispear corvinas y lenguados, también se sacaban lindas machas, antes que se contaminaran con el emisario que allí había.
Allí en Playa Brava, conviven “cañaques”, “pimpineles”, “pollollos”, “gaviotas” , “garumas” y varios otros representantes de la fauna costera.

Entre la Poza de la Liza y Playa Brava, existen varias “guatacas” de almejas y una cincuentena de cuevas de pulpos, el “Guatón del Poto”, (Q.E.P.D), conocía más de cuarenta y les daba la batida, ahora le iría mal y tendría mucha competencia, porque los japoneses lo importan y hasta veda tiene.

En el espacio que quedaba entre la playa y el estadio municipal, se encontraban los polígonos de Tiro, los clubes de tiros como le llamaban, también estaba la solitaria casa de Don Manuel Oyarce, dueño de una cantera y que vivía del ripio, muy cercana a la cancha de aterrizaje, hoy Héroes de La Concepción.

Para divertirse, estuvieron la Fuente de soda de Don César Manaka, El Peñaflor, La Perla de Cavancha, donde todos los domingos eran bailables , con la animación de los “Rítmicos del Norte”, dirigidos por Orlando “Ñatito” Cortés, posteriormente fueron otras orquestas, porque el Ñatito, se fue al balneario ,por la Playa frente al estadio, en un caserón de madera, Orlando decía a sus “topues los toniños”, para iniciar un espacio musical.

Entre Chojota y el Buque varado, con posterioridad se instalaron tres “Stands”, dicho en Inglés. El de la Nieves, Don Pepe y la Rina, hija de Don Pepe: Los tres ya nos dejaron, un recuerdo para ellos. En dos de podía bailar, en el de la Nieves y en el de la Rina, esto podía ser cualquier día, iba un grupo y lo hacía, pero los domingos eran bailables y a los compases de “Tanques Musicales” o “Chanchas”, hoy Wurlitzer para los potijuntos. Prevalecían Lucho Barrios, Javier Solís, La Sonora Palacios, La nueva Ola en general. El de la Nieves estaba frente al Buque Varado y el de la Rina en Chojota. El de Don Pepe, justo donde termina la calle Alcalde Godoy, que es la calle de la Gruta, allí, solo era para refrescarse o comer algo. Los parroquianos de los domingos eran gente del centro que iban allí a bailar, los cavanchinos iban a mirar bailar, o a tomar palco, para las infaltables peleas que se armaban.
Allí existían varios varaderos, para la reparación de embarcaciones, uno en el sector de lo que ahora es el Club Naútico, el otro en donde se ubica actualmente el Terrado Suite, allí vivía la familia del “maestro Aravena” y posteriormente “Los Marabolí”, al lado de ellos había otro que se ocupaba muy de tarde en tarde e inmediatamente al lado en el lugar que ocupa la Hostería se situaba el mas grande, donde vivía el “maestro” Arcadio Hormazábal, con toda su extensa familia. Todo esto en la calle los rieles, nombre señero y tradicional que fue cambiado por el nombre del piloto del escuadrón Halcones de la Fach y que murió trágicamente en esas Playas, nuestros respetos hacia el ,pero podrían haber privilegiado con su nombre una de las tantas calles nuevas de la ciudad y no hacer desaparecer, lo poco tradicional que va quedando de ese lugar. En dicha calle vivía mucha gente, se nombrarán algunos y perdón para todas aquellas familias que quedan en el tintero por olvido y no porque no hayan sido señeras en la vida del barrio, los Bravo, el Negro Key, el “Guata Rota”, Carlos Vicencio y su familia, el Maestro Soto, Los González, el pájaro Modesto y la Hilda, Juanono, los Toro de la Cañada, Cococho y su familia. Por Alcalde Godoy, Hugo Calvo, los Andía Aldunate, el Cojito Segundo, los Vicencio, Huaque, Don José, el Mocho y su familia, El Loco Peñaflor, Doña Palmira y sus hijos, que vivían el Sindicato de Pescadores, donde sesionaban los hombres de Mar y ensayaban Los Morenos de San Pedro. En las otras calles, Filomena Valenzuela, Belisario del Canto, Juan Antonio Ríos, vivían los Maluenda, las González, los Romero, Los Godoy y López, los Gálvez, los Arcos, los de Don Juan y los de Care e Vieja. Los Elizondo, toda la rama Brantes, los Mir, los Pizarro de Guataco, los Marques, del Chato, etc. Con el perdón de muchos.
Al hablar de Cavancha, no se puede dejar de mencionar dos instituciones que fueron importantísimas y muy señeras en la vida y la convivencia del barrio, ellas son: “EL CLUB DEPORTIVO CAVANCHA” y LA Sociedad Religiosa “LOS MORENOS DE SAN PEDRO DE CAVANCHA”.
El Club, nació primero como el Deportivo SIP. Como Deportivo Cavancha, participaban en la Liga de los Barrios. Ingresó ala División Aspirantes al Ascenso, campeonó , pasó a la serie de Ascenso, campeonato que también ganó e ingresó a la Serie de Honor del Fútbol iquiqueño, donde ha sido campeón en varias ocasiones. También descendió, pero supo sobreponerse y volver a Primera División. Desde siempre han existido excelentes jugadores que destacaron a nivel del barrio, el medio local y varios en el fútbol profesional de Primera y Segunda división, en sus respectiva épocas, se nombrarán algunos y se pide las disculpas a quienes queden fuera, porque esto se hace mediante el recuerdo y a veces se escapan algunos, pero hay que destacar también para no ser injustos, así tenemos: el Chato Ponce, Ñato Saavedra, Paco Olavarría, Ramón Estay, Hugo Godoy, Pellaco Marques, Chueco Romero, Chueco Letelier, Negro Guzmán, Gringo Yovich, Monjín, Reno Tobar, Mickey Torres, los Pizarro, Jorge, Viejo Ruben, Fito, René, Heriberto “Petati”,Pepe Andía, Picho Andía, Manuel Ahumada, Efraín Torres padre, Efraín Torres hijo ( Charra),Palitroque Jiménez, Cafiche Ponce de Ferrari, Oscar y Lalo Cejas, Dick y Guile Villarroel, Pájaro Velasco y su hijo Vizcacha, Chino Dávila, Pejerrey Valdivia, Cholo Trincado, Arnoldo y David Rebolledo, Pollo Saavedra, Pollo Alvarado, Chancho Dublas, José María Novo, Roberto, Orlando y Nolberto “CHATO MIR”, así con mayúsculas, Toño Rojas, Cachetón Vega, Axel Vega, Juanito Dávila y tantos más, los que no se han nombrado, pero que se den por recordados. Todos fueron ardorosos defensores de la gloriosa azulgrana iquiqueña, colores que visten muchos clubes a nivel mundial, los mismos colores del Barcelona de España, San Lorenzo de Almagro de Argentina, Cerro Porteño del Paraguay, pero la de la península es única, es singular para todos los cavanchinos. Los dirigentes , todos aportaron su grano de arena para engrandecer la institución, pero los que han sido un bastión el supervivencia del club después que el progreso atomizó al barrio han sido Víctor Soto Bolados y el Gran Lalo Silva , el Campeón de Chile Q.E.P.D.
LOCO, ERIZO Y ALMEJA
EL PUBLICO PARA LA OREJA
QUIEN SALE A LA CANCHA
DEPORTIVO CAVANCHA
GOLES POR AQUÍ, CHI
GOLES POR ALLA, CHA
CHI CHI CHI
CHA CHA CHA
CLUB DEPORTIVO CAVANCHA
La otra Institución que tiene un objetivo totalmente diferente, son “Los Morenos de San Pedro de Cavancha”, fundados el 09 de enero de 1947, hace ya 55 años. El creador intelectual fue Juan Luis Brantes , su primer Presidente el Chato Mondaca que responde al nombre de Elso. El primer Caporal el “tuerto” Juan Gómez. Los Morenos, veneran a su patrono San Pedro y a la Virgen del Carmen en el pueblo de La Tirana. Cuando Los Morenos danzan o se despiden en el Santuario de la “Chinita”, aglutinan a todos los cavanchinos de verdad, a los de la península, a los chamayos.
Esto se ha dicho reiteradamente, pero los cavanchinos , fueron socios y jugadores del club o bailaron por Los Morenos, pero muchos hicieron ambas cosas.
Los recuerdos pueden seguir fluyendo y sería para escribir muchas carillas más, pero la idea es solo hacer un recuerdo romántico de un barrio del Iquique antiguo, un barrio con una identidad que se conserva hasta ahora, un barrio sano, no hay cavanchino que haya sido castigado por la sociedad o que haya hecho de la delincuencia su sistema de vida. Todos son gente de bien y de trabajo
. Las viejas casonas fueron demolidas, se las comió el progreso, la modernización es así, pero se llevó parte de la Historia y la tradición. Los cavanchinos vuelven a su península para la Festividad de San Pedro, los 28 y 29 de junio, se juntan conversan, comen picarones donde la Pite, acompañan a Los Morenos y veneran a San Pedro. También se juntan para acompañar alguno o alguna que se fue, los cavanchinos son una especie en extinción.
Hay muchas Canciones que nos hablan de Cavancha, “Tú no has estado en Cavancha” de Santiago Polanco Nuño, bajo el seudónimo de Lautaro Andino, el mismo del Himno Iquique y que también la nombra allí.. Un Bossa Nova no muy difundido, pero hay una canción anónima ,que nunca fue grabada y que los cavanchinos llaman “AUPA” o los “Buenos Muchachos”, que se ha perdido un poco en el tiempo y que la gente cantaba cuando estaba alegre , al calor de unas pícaras copas.
Mucho quedaría por decir, pero se terminara este relato con la letra de Los Buenos Muchachos, como un homenaje a los hombres y mujeres que nacieron allí, a los que partieron en el viaje sin retorno y a los que tuvieron que ir a hacer “huesos viejos” en otro lugar de la ciudad o del país…

Somos los buenos muchachos
los muchachos de Cavancha
pero tienen una falta AUPA
de ser un poco borrachos.
De lo borracho que sean
A nadie le importa nada
Porque pagan lo que deben AUPA
Cuando llega la semana.
Los sábados y Domingos
Borrachera de costumbre
Cuando llega el día lunes AUPA
A trabajar nadie acude”.