Cada 1 de noviembre el cementerio se convertía en un lugar bullicioso. Olía a flores  y a pintura fresca. De vez en cuando el grito “Escalera”. Adolescentes ofreciendo ese servicio, para que el deudo alcance a limpiar y a poner sus ofrendas. Todo a cambio de algunas monedas. Nos ganábamos un “canchito”. Se repetía el grito como letanía. Era un día intenso. Se le esperaba con cierto anhelo. Y no era para menos, era “el día de los muertos”. Era uno de los días más silenciosos de la ciudad.

Ciertos mausoleos de mármol nos hablaban de un Iquique variado y diverso. Apellidos de todo el mundo descansaba en paz. Muertos nacidos en Hamburgo, en Liverpool, en Cantón. Una lápìda curiosa en inglés, da luces sobre un hombre nacido en Gran Bretaña y muerto en Cavancha. Escribo sobre el Cementerio 1, extensión de la plaza Arica, donde por las tardes jugábamos a la cowboy y de paso, observábamos ataúdes semiabiertos. Walter Milicay nos mostró el nicho de un muerto el 21 de diciembre de 1907, así como nos indicó donde estaba enterrado don Santiago Whitte, un gran dirigente de La Cruz, a quien honramos con el nombre de nuestra escuela de básquetbol. El paso de las carrozas de las funerarias locales, con el traqueteo de los caballos, obligaban a parar la pichanga y en silencio, despedir al muerto. Tiempo en que la gente se vestía de luto. Un riguroso negro que indicaba que la muerte había pasado por allí. Se afirmaba que siempre eran tres los finados. Se hacían apuestas.  El humor es una forma de alejar y de humanizar a la muerte. Los jotes, de alguna manera, anunciaban su presencia. De allí el “Jote toma tu cruz”.

El 1 de noviembre es la comunión de los muertos con los vivos. Algunos cantan la canción preferida del fallecido, otros les hablan. Hoy los cementerios estarán cerrados.

El cementerio tiene la solemnidad de la última morada. El lugar donde el cuerpo empieza a desaparecer definitivamente. Pero, cada vez que se le visita, la memoria desafía al polvo.

Fotografía Paloma Aravena, proyecto www.tarapacaenelmundo.com

Publicado en La Estrella de Iquique, el 1 de noviembre de 2020, página 11