¿Podríamos omitir de nuestro habla la palabra chino? Imposible. Los chinos y las chinas forman parte de nuestro paisaje cultural. Arribaron engañados a trabajar en la extracción de guano. Están en la historia larga de Tarapacá y del Norte Grande. Con sus legados, muchos de ellos, invisibles. El chino de la esquina es parte de nuestro patrimonio. La escuela Centenario, la 6, su máximo orgullo al igual que el Chung Hwa ese gran club de básquetbol. Muchos apellidos orientales fueron castellanizados. Detrás de un León hay un chino.

Ahí están los chinos en el memoria del puerto. Suenan a veces sus ábacos sumando las cuentas de la ajada libreta del despacho. El viejo hospital en Pueblo Nuevo huele a yerbas maceradas. El chino Lozán con sus infusiones derrota enfermedades incurables. Penan los chinos en Pabellón de Pica. De vez en cuando los de la Centenario entonan el himno chino, el otro, el de la China Nacionalista. No sabíamos de Mao. Los Chía, de la calle Barros Arana, don Ernesto y sus parlantes se movía por toda la ciudad cuando esta miraba al cielo sin tapujos. No habían edificios ni plano regulador. Nos auto-regulábamos.

Ahora usamos la palabra chino como apodo. El chino Cisternas, el chino Ociel, el chino Lam Luza, el chino Laferte, el chino Vodnizza, el chino Sanginés, el chino Yon, el chino Herrera, el chino Amancio, el chino Enrique, el chino Chiman, el chino Chung  y así… Una botillería, El Chino, aun guarda el carné de un bohemio endeudado.

Pero hay otros chinos, los del baile de La Tirana venidos de Andacollo a fines del siglo XIX. Son los servidores de la virgen. Nada tienen que ver con los orientales. Y por cierto la China, la madre.

La Zofri nos trajo otros chinos, pero a diferencia de los de Cantón, no se integran o bien no les abrimos nuestras puertas. Carecen de ábacos y no conocen esa institución que se llama yapa.

Chinos y chinas se quedaron por aquí y en tardes de domingo recordarán sus arrozales. En algunas chifas regalan calendarios con hermosos paisajes. En sus miradas no hay misterio, hay nostalgia.

Publicado en La Estrella de Iquique, el 20 de octubre de 2019, página 13