Era habitual que pasara por nuestras calles ofreciendo los apetitosos productos del mar. ¿Era el ciego Puchi? “El Tarapacá” del año 1961 hace una nota acerca de un personaje no vidente y que además se gana la vida mariscando. Las playas iquiqueñas son su telón de fondo. Gracias a ese mar se gana su sustento.

El loco, la almeja, el erizo eran sus pepitas de oro que luego vendía para así, seguir viviendo. El que gozaba de un loco con mayonesa, desconocía desde donde venía ese molusco. Desafiaba la mar que a veces tenía un carácter de los mil demonios.

A fines de los años 50 perdió la vista. Su nombre, Ernesto Ayala Hurtado. Vivía esperando la “baja”, para así extraer con mayor facilidad sus pequeños tesoros. Para ser mariscador hay que conocer el ritmo de la marea y la fuerza de las olas.

Ayala es un apellido macizo repartido por toda la geografía barrial de Iquique. Preguntando me dice que no tiene lazos con los Ayala de el Colorado, familia de pescadores, poeta y futbolistas.

Sin poder ver el mar, don Ernesto, les pidió a sus hijos que lo llevaran a la playa. El conocía los secretos de cada uno de los sectores de la costa. Su memoria se activaba y se lanzaba, casi a la segura, en búsqueda de su sustento. Sus hijos eran sus escuderos. Al tacto lograba hacer los rellenos de erizo.

Su hijo de 14 años, cuando tiene tiempo, lo llevaba a las playas. A veces cuando la mar está mala y no hay baja, la tarea es imposible de realizar. Esta nota la tomé de El Tarapacá del día 10 abril de 1961. La crónica esta firmada por tres letras: J.H.E.

Se le describe así: usaba uno lentes redondos oscuros, para cubrir su ceguera, era delgado, un metro 65 mas o menos, gritaba lo que vendía, tenía buen humor, bromeaba con su ceguera. En los años 90, debe haber andado por los 60 a 65 años.

Así como don Ernesto, otros personajes, con el viento en contra y armados de su voluntad y amor propio logran ganarle el gallito a la vida. Aunque bien sabemos, la muerte, franca o solapada, nos suele esperar a la vuelta de la esquina.

 

La fotografía es de referencia.

Publicado en La Estrella de Iquique el 29 de mayo de 2022, página 11.

 

 

 

 

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