La ciudad nunca más fue la misma. El 9 de febrero de 1940 una tensa calma se instaló en Iquique. Y no era para menos. El guapo de Caleta Buena, hijo de doña Vicenta, se enfrentaba a su desafío más importante, quiza nunca antes soñado cuando en un improvisado ring, que se mecía sobre las olas del mar, tiró sus primeros aletazos. Sin querer el árbitro cayó al mar. Los iquiqueños que tenían equipos de radios, la sacaron a la calle. Desde el diario El Tarapacá, se hizo lo mismo. Se contaban las horas como quien espera viajar a La Tirana. Arturo Godoy, había paseado su fama de boxeador por todos los rings del mundo. Era un peso pesado que se mantuvo en los 90 kilos. Tenía el aguante y la firmeza de sus piernas y de un mentón que le permitía soportar los más duros golpes. Carlos Guerrero, Don Pampa, nuestro gran periodista deportivo, no se cansaba de alabarlo en la revista Estadio.
La pelea ni siquiera se la imaginó el mejor peso pesado de la historia, antes de Ali, Joe Louis. La pensó sencilla y rápida. Muchos imaginaron que era un «paquete» algo muy usado en el mundo del boxeo: un rival fácil para el lucimiento del bombardero de Detroit. Duró todos los rounds y en el octavo, el nuestro, pudo liquidar la pelea. Lo demás es historia conocida. Godoy, fue declarado el personaje del mes de febrero por la prensa de los Estados Unidos. Su fama se crecentó e incluso actuó en una película filmada en Hollywood. El nuestro, pese a sus 90 kilos era un gran bailarín. A los 75 años de ese combate, en que su madre sufre un infarto en el «Camino», hemos sido ingrato con su figura. La novela de Roberto Castillo Sandoval «Muriendo por la dulce patria mia» lo trajo de vuelta a la memoria. En Iquique una humilde calle lleva su nombre. A la hora de hablar de grandes personajes, la figura de Godoy, y antes del Tani, se nos agolpan en la memoria. Mañana 9 de febrero, Iquique debería, a la hora de la pelea, hacer sonar sus sirenas.
Publicado en La Estrella de Iquique, el 8 de febrero de 2015, página 18