La semana recién pasada en  Matilla fue presentado el libro de Claudio Pérez “Comunidades”. Abarca desde el norte del Perú, Cajamarca hasta la región de Antofagasta, en un periplo, semejante al de un chasqui, que devoraba distancia, llevando las buenas y las malas noticias del imperio, no sin antes saludar a las apachetas. Son fotografías a color que engloban gran parte de la vida de los pueblos andinos ubicados en esa zona. Hay que decir además que la publicación fue posible  gracias a la acción conjunta de la empresa Central Restaurantes Aramark en Chile.   y de la Corporación de Patrimonio Cultural, enmarcada bajo el concepto de la responsabilidad social de la empresa.

Un libro es una condensación de tiempos y de espacios. Tiempos no siempre líneales ni históricos,  espacios diferentes con intensidades singulares. Este libro nos señala que la naturaleza no es algo muerto.  Se advierte que la relación del campesino con la tierra está mediada por el respeto.

“Comunidades” es un libro que reconstruye a través de sus páginas una comunidad que no conocía las fronteras tal como la conocemos hoy.  La macro zona andina, que se explayaba con sus voces y su gastronomía, encuentran hospitalidad en este libro, que valga la redundancia, no respeta fronteras.

En tiempos en que, y en buena hora, la nación que creía que hablaba una sola lengua se ha dado cuenta que hay otras formas de nombrar la vida: Pachamama, tinku, mallku, se apresta a celebrar sus doscientos años, resulta útil, recordar desde esta plaza, la de Matilla, que sintetiza lo andino con lo republicano, que el paisaje país, es diverso.

Esta memoria impresa obra de Claudio Pérez, es un hermoso recuento de rostros, de manos, de cerros, de alfalfas, de abrazos, de muertes, de guaguas, de vida y de muerte, y de otra vida más allá de la muerte, nos recuerda un tronco común. Ese tronco con sus variadas flores nos alerta, a través de este libro, que nuestras raíces las hundimos más allá de los años, mucho más que dos siglos, diez mil años tal vez. O quizás más.

Hay que celebrar a la Pachamama por este nuevo hijo que en vez de cabellos tiene fotos, y que posee una biografía  e historia larga,  tal como se le agradece por la buena papa, la rica quinoa, o la alpaca macho y hembra, por este libro que aumenta la densidad de la memoria. Un libro que funciona como un testimonio: esto somos y de aquí venimos

Presentar  un libro es una fiesta y como tal terminó con sayas no sólo bailadas por el conjunto folkórico, sino que también por las autoridades invitadas.  Bajo la protección de la torre de Matilla, especie de Mallku, el oasis fue testigo una vez más del milagro de la vida.

Publicado en La Estrella de Iquique, el 13 de julio de 2008