La suerte, la esquiva, la gorda,  la deseada por todos, le tocó el hombro a uno de los nuestros. Caldillo ha tocado el cielo. Se vestirá de frac, pero deberá seguir siendo el mismo. Nada de fácil la tarea. Cuídate Caldillo, la vida es dura. Tú lo sabes. Sin dinero, la vida es difícil, con dinero es peor. Sobre todo con esos millones caídos del cielo, que jamás podrás contar como quien cuenta las monedas para el colectivo. Son uno, dos, tres y un largo etcétera de millones. Podrás imaginar los miles de pares de zapatos de fútbol, las centenas de medias, pelotas, vendas, canilleras, tobilleras, protectores que podrás comprar, al contado, como nunca había hecho, en la Casa Sacco.

Cuidate Caldillo de los miles de amigos que te golpearan la puerta y el hombro.”Pero, como que no me recuerdas,  Caldillo si yo era íntimo de tu padre”, te dirán los frescolines de siempre.  Que Alá te proteja de los asesores que querrán manejarte el dinero. Te ofrecerán comprar camiones, acciones, y un cuanto hay. Recuerda, lo tuyo es el fútbol, esa amplia pradera rectangular donde cada domingo se viste de fiesta. Guarda el cheque en el bolsillo de perro, o bajo la almohada que te vio soñar cuando imaginabas inflar la red del Tierra de Campeones, con los Dragones. Creo que no nos hace falta tu dinero, nos hacen falta tus goles…

Cuidate Caldillo de brillo del dinero ganado por el azar. Comprate un auto, humilde, no caigas en la tentación del Jaguar ni del color rojo. Lo tuyo, es la sobriedad. No te reprimas en la solidaridad, pero hazla sin trompetas. Envía un cheque a los enfermos del Sida, a los ancianos del Padre Machado y a los niños que como tú, andan mataperreando por las calles cada vez más peligrosas de tu puerto.

Date el gusto de tu vida. Comprate ese equipo de música que tanto te gusta. Compra CD originales de Carlos “Sentimiento” Avalos y de “Los Wiracochas”. Comprale esa casa que tú sueñas para los tuyos. Pero no te vuelvas loco. Sé que te pido lo imposible. Yo,  en tu lugar, estaría despilfarrando con mis amigotes… Ten la frialdad que tienes para enfrentar al arquero. Maneja el dinero como a la pelota. Suave y mezquinamente. Debes ser un comecacho. La suerte es tuya, cuidala ahora con la serenidad que tienen aquel que siente que ha tocado el cielo. Pero, te lo advierto, el cielo está cerca de infierno.

Cuídate Caldillo, el dinero llama a la tentación. Sigue tu vida tal cual. No dejes de entrenar. Sigue con las abdominales y los trotes largos. Driblea a los asesores y a los cuenta correntistas, a los vende seguros, a los vendes isapre y afp. Desconfía del equipo que se va a formar con tu nombre. Pero, no te olvides de los tuyos, del barrio y de tu escuela, la primaria, ni del baile religioso, y menos de la esquina, y qué decir de tus amigos que están presos.

Iré el domingo al estadio, para ver si los millones te han cambiado. No soy nadie para enjuiciarte y aconsejarte. Después de todo, yo no sé lo que haría con tantos millones. Te envidio Caldillo.