La bandera del barrio, la de la plaza Arica, flamea a media asta. Motivos suficientes tiene. Ha muerto doña Luisa. Testigo del siglo que se nos fue, desde la esquina de Bolívar con Arturo Fernández, junto a don Domingo nos vio crecer, irnos y regresar aunque sea de vez en cuando. En su despacho lo importante no era vender, sino conversar.

Parte de esta columna la publiqué el 23 de agosto en las redes sociales. Más de cien personas comentaron cientos de detalles acerca de esta vecina. Alguien escribió que su despacho fue el primer mall que hubo en Iquique. Trabajando la memoria, recuerdo que instaló en el centro de su negocio una inmensa vitrina. Los niños en triciclo usaban ese espacio embaldosado para mostrar sus habilidades. Pero había más. Un teléfono negro que el barrio usaba para hablar vaya a saber uno con quien. Tiempos en que dos o tres familias poseían esos aparatos, lujos para esos años en blanco y negro.

Doña Luisa envolvía el medio kilo de azúcar en ese papel café, lo daba vuelta, y te lo entregaba perfecto además de una breve sonrisa que nos solía regalar. Esa era su yapa.

En su despacho el tiempo corría a la velocidad de doña Luisa: lento. En el reloj del barrio los minutos tenían 120 segundos. Nos dejó a los 101 años. Se tomó su tiempo para dejarnos. Poco se veía, pero su nieto René, tan lento como su abuela, me tenía informado de sus quebrantos y de sus preocupaciones. Pienso en esa balanza, en esos frascos de vidrios donde guardaba los embelecos. En esa bomba que hacía posible que el aceite en el sartén hogareño friera los cabinzas que tanto extrañamos. Nunca preguntamos por su apellido. Nos bastaba ese nombre serio y era suficiente. Supe que Suárez Pacheco eran sus apellidos. Lo que siempre supimos que su marido era un italiano de nombre festivo Domingo Caronna, y que era nombrado con respeto como Don Domingo. Nos dejan las viejas del barrio, doña Eusebia, doña Blanca, doña Haydée. Y tantas otras que domesticaron nuestra infancia.

Publicado en La Estrella de Iquique, el 2 de septiembre de 2018, página 15