Pocas profesiones tienen la capacidad de cambiar de nombre en menos de cincuenta años. Se decía Visitadora Social, luego Asistentes Sociales y ahora d Trabajadores Sociales. Una profesión, en sus inicios de mujeres. Rápidamente han ido ingresando hombres.
En Iquique esta noble profesión fue más necesaria que en otras partes del país. La actividad del salitre con todos sus clarooscuros generó pobreza y problemas asociada a lo anterior. Una mujer, fue el símbolo de esa presencia. Su nombre Teresa Torres Valdivia (1924-2019).
Tuve el honor de conocerla y de poco a poco, creo ganarme su cariño. Sobria y seria como pocas. Rigurosa, chapada a la antigua se diría, pero se extraña esa formación ya que se aseguraba la honestidad y la lealtad, valores tan venidos a menos en tiempo en que da lo mismo «un burro que un gran profesor».
Fue una de las primeras mujeres al volante cuando Iquique «era una villa grande y hermosa». Estudió en la Universidad Católica de Santiago titulándose el 2 de enero del año 1947. A los veinte años trabajó en Humberstone. En Iquique se desplazó por las calles polvorientas y conoció, de primera mano, la realidad en lo que hoy es la Rubén Godoy, la Jorge Inostrosa y la San Carlos. Organizó los primeros Centros de Madres, antes que apareciera el Cema.
Costaba arrancarle una sonrisa. Pero sonrió para siempre al adoptar a Isabel Gabina, cuando esta tenía cuatro años. Eran compañeras inseparables. Fue un referente en el trabajo social y en esa condición pulió el talento y profundizó en la vocación social de Gloria Verdejo, Guillermo Varas, Inés Aguilera, Olivia Olcay, Ema Huerta, entre otros.
Doña Teresa Torres no se dejaba pasar a llevar. Se cuenta que en plena dictadura militar, le paró el carro al General Forestier que la echó de su oficina. Conociendo la palabra dignidad, pisoteada en esos años, empujó la puerta y exigió respeto.
Con tantas carreras de Trabajo Social en Iquique, espero que una sala de clase lleve su nombre y que en la historia de esta profesión en Iquique, su nombre brille como se merece.
Publicado en La Estrella de Iquique, el 14 de abril de 2019, página 13