Iquique nativo

Ambos puertos Iquique y Valparaíso, tienen razones de sobra para sentirse como hermanos. Los dos besan el Pacífico y tejieron en sus calles y cerros un registro de complicidades díficil de entender a primera vista. Pero los dos juegan también, a pesar de las mutuas querencias, a diferenciarse. Cuestión de hermanos, o mejor dicho de primos.  Puerto peruano y luego chileno, Iquique construyó su identidad nacional, en torno al 21 de mayo. La marina y antes sus pescadores domaron este lado del océano tributando a San Pedro y San Pablo. Sus caletas como Cavancha, El Morro y el Colorado, son los equivalente a muchos de los cerros que definen a Valparaíso. Si bien el Wanderers es el décano, en nuestra ciudad Yungay y Maestranza le pisan los talones.

Dos deportistas iquiqueños  son el orgullo de los porteños. La crisis del salitre los obligó a emigar en busca de mejores destinos. Uno basquetbolista y el otro futbolista. El primero de La Cruz, Manuel Ledesma, se convirtió en el basquetbolista del siglo XX en Valparaíso. El nacido en Huara, campeón de Chile en dos oportunidades, emigró al puerto de los cerros, pero nunca se olvidó de los suyos, o sea de nosotros. El otro, Jorge Dubost Herrera, conocido como «El gran capitán». Mediocampista, se adueñó de ese lugar del Wanderers del 1949 al 1965. Campeón con los caturros el año 1958, y por la Copa Chile, en el 1959 y 1961. La Cruz, el equipo del mismo nombre de Valparaíso, envió más de alguna vez sus saludos a los crucianos de Iquique.

Godoy y el Tani cada vez que regresaban en barco desde Nueva York, recibían inmensas muestras de cariño. Los porteños reconocían la bravura y humildad de ambos púgiles. Ambos puertos deben ser los más cantados del país. Los dos inspiran canciones potentes como “Valparaíso” del Gitano Rodríguez, o “Iquique, jamás te olvidaré” del autor de “La Joya del Pacífico”, el gran Víctor Acosta. Hoy por el dolor, ambos puertos más hermanados que nunca.

Publicado en La Estrella de Iquique el 20 de abril de 2014, página 22.