La semana que pasó dos abanderados nos dejaron. Rigoberto Echeverría Allende y Gilberto Vigueras Arroyo. ¿Se habrán conocidos? Al parecer si. En el Iquique pequeño del siglo pasado casi todos se conocían. O eran caras familiares.
Ambos eran productos de una sociedad muy distinta a la actual. Primaba el nosotros y la gente pagaba cuotas voluntarias. Los dos se educaron en el servicio público y entendieron muy bien que el Otro, ese desconocido precisa de la solidaridad. Uno fue normalista, un chute, que se dedicó en cuerpo y en alma a la formación. El otro, encontró en el partido de Recabarren y de Lafertee, el camino para una sociedad mejor. El Rigo y don Gilberto conocieron la pampa como si fuera el patio de su casa. Testigos y actores privilegiados del siglo XX iquiqueño.
Las demandas de los normalistas y sus largas marchas desde la pampa hasta la ciudad, las grandes concentraciones en la plaza Condell, las semanas pampinas, Pisagua, son referencias que cruzan a ambos.
Rigoberto siempre serio, igual que Gilberto, pero este siempre estaba con la talla a flor de labios. El viejo Gilberto siempre pensando en el coro y en otros proyectos. El viejo Rigo, tratando de descifrar el misterio de la utopía.
Hermosos viejos dueños de una personalidad, de una ética que ya no se encuentra, por lo mismo que no se vende en la botica, Tal vez no usaban gomina. El viento pampino les mecía los cabellos. Ambos recurrían a la historia, porque de allá venimos.
Dos tamarugos que a pesar de tener fuertes raíces recorrieron el territorio. Y si no viajaron, leyeron que es otra forma de viajar.
La muerte se ha enseñado nuevamente con los nuestros. La campana de la escuela de Victoria y la Internacional nuevamente sonará como cada vez que un maestro nos deja, como cuando muere un hijo de Recabarren, un sobrino de la Teresa Flores y del vecino Juan Valencia.
Tamarugos que porfiadamente embellecen nuestra pampa. Se ha ido un libro de clase, un manifiesto, un martillo, una tiza, una hoz, una pizarra, un carné del partido, un carné de los profesores.
Publicado en La Estrella de Iquique, el 15 de marzo de 2020, página 13.