La fotografía y su composición es elocuente. La fotografía no es un documento neutro. Tiene autor y en este caso el que la interviene lo hace desde un conjunto de creencias, ideas, prejuicios y valores (ideología).

Una fotografía tomada de la película el Planeta de los Simios, en este caso de la primera en la que actúa Charlton Heston, difundida por los seguidores de Kast, kastianos, se constituye en la prueba que demuestra los rasgos fascistas que el personaje articula y que sus seguidores obedecen.

Puesto frente a frente el dominador/macho/superior/blanco y el dominando/piel oscura/simio. La escala evolutiva, no la biológica sino la cultural (con rasgos colonialistas evidentes frente a un animal, en este caso, el simio, del que después evolucionaría hacia el africano. La ecuación es fácil: simio igual negro, y además, obviamente, inferior, por lo que mismo, según los kastianos, no se ha podido despegar del mono.

El colonialismo blanco dictando la normas de la evolución. Los que trabajamos en la Unap somos, en consecuencia, simios, el primer eslabón de la evolución. El santiaguinismo blanco frente al provincialismo indio y mestizo del Norte Grande, es la culminación de la evolución. La homosexualidad, es una desviación para este tipo de pensamiento que se afirma en la negación y destrucción del Otro. Lo niega y lo destruye porque le teme.

No es casual que el actor de la película, cuya imagen es alterada, sea Charlton Heston, un ultraconservador amigo de Ronald Reagan, además presidente de la Asociación Nacional del Rifle, aparezca en este rol: patriarcal, clasista, xenofóbico, homofóbico. Esta película es del año 1968. De estar vivo Heston estaría al lado de Trump.

Cualquier parecido con Kast, no es mera coincidencia.