El impacto que ha tenido el neoliberalismo sobre el espacio público es un tema que cada día más llama la atención de urbanistas y sociólogos, entre otros. Sería un error, reducir el espacio público a plazas y parques. Es más que eso. Por lo mismo hay quienes en vez de hablar de espacio público prefieren usar la expresión espacios en común. Además no están dado por decretos alcaldicios ni por caprichos de arquitectos. A menudo, es la gente la que se apropia de calles y esquinas. Iquique, es el mejor ejemplo de lo anterior. La religiosidad popular, tanto en su vertiente católica como evangélica, hacen de la ciudad su espacio predilecto. Los segundos para predicar la palabra del salvador y los primeros para bailarle y cantarle a la virgen o al santo. El domingo por la tarde, ambos grupos, se toman literalmente la ciudad. Hay quienes, no entendiendo la dinámica urbana iquiqueña, se enfadan ante lo que llaman «ruidos molestos». La religiosidad popular se adueña del espacio público y lo sacraliza con el sólo hecho de instalar la imagen de la China, o con el simple recurso de testimoniar con su ejemplo, lo que el Señor le ha dado.
Careciendo de plazas y reemplazadas por el mall que no es lo mismo y menos igual, el espacio público a través de la religiosidad popular adquiere una sonoridad y vitalidad que otras actividades no le otorgan. Ya no se juega en la calle. Los ambulantes se toman calles y veredas. Los migrantes con más historia de ocupación del espacio público, se apropian literalmente de estos lugares que los nativos hemos abandonados ya que nos hemos encerrados en casa.
La calle fue nuestra pedagogía de la resiliencia. El terreno que nos llevaba y nos traía de vuelta. Allí surgía el sobrenombre, la épica y el encuentro con el otro. Ante la mirada de la vecina jodida surgía como mandamiento la frase: «la calle es libre». El despacho, la sede social, la esquina, los lugares para el encuentro. Pero, nos privatizamos. El modelo no es sólo económico es además sico-social.

Publicado en La Estrella de Iquique, el 17 de junio de 2018, página 15