El puerto de Iquique fue un gran surtidor de empleos para la ciudad. Carpinteros de ribera, prácticos, buzos, hombres ranas, fabricante de redes, entre muchos otros. En los años 60 aparecen los tripulantes, pangueros, motoristas, rederas, etc. Y por cierto los estibadores marítimos. Tuvieron su época de oro que se expresó en su sede social de la calle San Martín que tenía hermosas butacas de color azul. Un escenario que hasta antes de la pandemia se usaba para proyectar cine. En el año 1982, a eso del mediodía, Pablo Huneeus, daba una conferencia con un lleno de púbico. Eran los tiempos del “Qué te paso Pablo” y de la “La cultura huachaca”. Lo anterior organizado por el Ciren/Crear.
Hay información escrita de los estibadores ya en el año 1880, en la que se detalla el precio por su trabajo. Se dedicaban a estibar la carga de salitre. Es un trabajo duro y que precisa el arte del equilibrio. Se requiere fuerza, además. Recordemos que hasta el año 30 aun no se unía la isla Serrano con el puerto, y los muelles existentes no eran muy seguros.
Los estibadores vivían mirando el mar, en espera de los buques. Lo que contenían las bodegas eran tesoros que tenían que llevar a bordo y luego a tierra. En cada barrio había uno. En la san Carlos, don Carlos Silva le enseñó el oficio a sus hijos Enrique y Manuel, en Errázuriz con Sargento Aldea, los Trincado del Yungay.
En el puerto además estaban las instalaciones de los navales y como tal tenía su cancha, que toda la ciudad ocupaba en sus campeonatos. Pájaro, lobos marinos y grúas era lo que más había. La Marco Chilena, astilleros, confeccionaba y remodelaban embarcaciones.
Los estibadores marítimos son los inventores del medio pollo y del cuarto pollo, un sistema de subcontratación de personas. En el deporte se destacaron en los campeonatos de baby fútbol, allá por los años 60. “La nombrá” era una palabra contraseña para ellos.
Publicado en La Estrella de Iquique el 20 de junio de 2021, página 11