Cuando un club de barrio, en este caso Estrella de Chile, cumple cien años, no queda otra que sacarse el sombrero. Y en ese pequeño acto, breve donde no cabe un siglo, englobar toda una centuria de épica, de dolores, de triunfos y de derrotas. Pero, ahí están los estrellanos, orgullosos y humildes. Con muchos de ellos estudié en la escuela 6, compartimos aguas cristalinas en el balneario el Colorado. Y sin ser de Estrella hinchamos por ellos frente a rivales más linajudos. Los de La Cruz somos primos hermanos.
Pero no siempre tuvieron que vencer en lides deportivas, sino que también frente al estigma de vivir en la frontera norte de la ciudad, en el barrio proletario de Iquique. Matarifes, pescadores, ferroviarios, bravas mujeres, bailes religiosos, carnavales, fiesta a san Pedro. Afrodescendientes de la que proviene el que fuera seleccionado chileno y jugador del Magallanes, Carlos Albadiz, conocido en ese entonces, en forma cariñosa como el Negro. El gaviota Luján y el Loco Vernal, wing y arquero extraordinarios, adicionemos a los “millonarios” López. Los aromas del Colorado eran múltiples. Olía a carbón de locomotora, a playa y a mar, a huiro y en los 60 a harina de pescado. Una década atrás la Endesa, un armatoste de fierro y lata anunció que se venía la zona de sacrificio. Pero la bandera de Estrella de Chile, sigue erguida sobre el mástil de la identidad de este antiguo barrio. Barrio de poetas como Juvenal Ayala y trovadores como Moncerrat Rivera.
Recuerdo a fines de los años 80, haber conversado con el viejo Pancho Cáceres. Sacrificó su siesta para contarme de su barrio y de su club. Pasamos de la albacora a la pelota, de San Pedro al Carnaval, de los clásicos con Iquitados. Al final, cuando ya me iba me dice con los ojos sonrientes ¿Y no me va a preguntar porqué nos dicen potos verdes? Las risas estallaron como los goles de Michel Contreras el domingo recién pasado, hijo y nieto de estrellano.
Publicado en La Estrella de Iquique, el 13 de junio de 2021 página 11