CALENDARIO FEBRERO

 

Mes ingrato este febrero. Entremedio de enero y de marzo, sirve para avisar que se vienen los días de uniformes y de útiles escolares. Mes de carnaval, andinos, oficiales y de barrios que aún insisten en jugar a invertir el orden social. En este mes, el verano y la playa parecen asumir que queda poco. Por lo menos, este año, nos tocó un día más. ¿Pero siempre ha sido así?

No lo creo. El ritmo de la globalización se metió en el calendario y apuró sus días. Cuando esa palabreja no existía, el mes de febrero tenía su propia identidad. Las vitrinas de las casas comerciales de esta ciudad, no se prestaban para anunciar las ofertas de marzo. No era necesario. “El Faro” y la librería “Moragas”, entre otras, se hacían cargo de proveernos de un escueto listado de útiles: un cuaderno 40 hojas, un lápiz grafito, una goma, y un pedazo de pita para amarrar ambas. De uniformes, casi ni se hablaba. No era necesario. No había entonces 14 de febrero, pero si día de los picados, que de alguna manera, y según la perspectiva, era lo mismo. La playa con balsa seguía siendo el panorama. La marca de superman era una señala de distinción. Los caracoles colgando del traje de baño hablaban de la pericia del nadador.

Así como Sabina canta “¡Quién me ha robado el mes de abril”, uno podría decir lo mismo de este segundo mes del año, tan escueto y tan gusto a nada. Por los años 60, desde el centro del país, trataron de homologar a este mes con el festival de Viña. La marea se alzó y ahora cada ciudad intenta tener el suyo.

Hay que recuperar el mes de febrero. Devolverle su dignidad perdida. Darle el aire cansino que alguna vez tuvo. Arrebatárselo al mercado, y desnudarlo de uniformes y de lápices, carpetas, gomas de borrar y de la otra que reemplazó al tan querido engrudo. Un clásico olor de infancia, está asociado a la harina cocida que hacía el milagro de pegar, sobre cuando se trataba de empapelar.

Publicado en La Estrella de Iquique, el 4 de marzo de 2012, página 21