Otra vez la muerte nos golpea con su saña tan tradicional. Y de noche más encima. Vecinos de patio en la plaza Arica. El por la calle San Martín yo por Bolivar. Compartimos plaza, calle sin asfaltar y juegos en el Cementerio 1. Además del vetusto patio en la Centenario, con sus salas de madera, semanero y con la mirada vigilante de la señorita Otilia.

La noche del  domingo, el sueño que nos acompañaba, no era el profundo de las noches anteriores. No lo podía ser. Era el estreno  en nuestro Liceo. Pasar de la Centenario al Liceo era un rito de pasaje inolvidable. Atrás quedaban las clases, sin uniforme y de un solo profesor. Hora de aprender el himno que nos hablaba de la “ignorancia, traidora enemiga”.  Pero sin olvidar nuestros himnos el chino y el de la escuela, aquel de los “barrios que resplandecen”.

Egresamos de la 6 y nos fuimos a Baquedano. Escribo de Freddy Ara, pero lo conocíamos con el mote de Cabezón que luego derivó en cabezoncito. Fue un tremendo estudiante. Salimos juntos del liceo del año 1972. Por ahí está la foto con nuestra juventud en pleno, llenos de sueños y de porfías. Hay muchos ausentes: Gastón, Vivanco, Manolo, nuestro profe, y ahora Caszely, así se le conocía en el ambiente del fútbol, pasión que compartía con el boxeo. Siendo estudiante, junto a otros,  organizó el primer campeonato de boxeo estudiantil.

Se dio lujos en su vida, merecidos por lo demás, junto a su compañera Patricia, asistieron a tres o cuatro mundiales de fútbol, siguiendo a la Roja. En el Mercado con su Pescadería, era un placer ser atendido por él. Deportes Iquique le llenaba el alma y los 9 puntos logrados hasta ahora tal vez le haya hecho menos dolorosa la muerte.

Tardes en la Centenario, tardes en el Liceo, tardes en calles inexploradas, una amistad de más de 50 años, alimentada una vez al mes, de recuerdos y buen humor. A los cabezones, siempre se le termina diciendo cabezoncito.

Publicado en La Estrella de Iquique, el 5 de marzo de 2023.