Dos libros de fechas distintas permiten entender eso que hace que una persona común y corriente se transforme en hincha. Un inglés y un argentino, ambos periodistas escriben en primera persona sus experiencias como seguidores de sus clubes. El inglés del Arsenal, el otro de River.
Nick Hornby en su libro “Fiebre en las gradas” (1993), nos relata su compleja relación con el Arsenal, desde sus primeras visitas al estadio, de la mano de su padre, hasta sus relaciones con su pareja y la dificultad que le provoca tener que suspenderlo todo por ir a ver a su equipo. Andrés Burgo, “Ser de River” (2012) relata el nacimiento de su pasión y entrega además interesantes datos para entender la crisis del cuadro “Millonario”.
Ambos libros puede ser leídos de varias maneras. Una de ellas, la más distante sirve para entender el porqué el fútbol provoca lo que provoca. Ambos relatos son construidos por profesionales, que saben lo poco racional que es su amor por sus clubes, pero aún insisten en desplazarse por todo el país, aún en época de lluvias para acompañar a sus cuadros. “Ser de River” es más dramático aún, ya que el relato se instala en los meses en que el team de la banda va camino al descenso. Los cambios de ánimos y la casi inminente crisis con su novia, son elementos importantes en este relato.
Los dos textos muestran singularidades. El inglés parece más recatado en su relato en comparación al argentino. No en vano, ambos expresan modos diferentes de ver esta actividad nacida en Europa en los colleges de la clase alta. No obstante, en los dos textos hay un común denominador: la pasión como motor de esta actividad que mueve millones de dólares.
Más allá de lo anterior, la gracia de estos libros es que permite entender porque esta actividad genera este tipo de sentimientos. A leerlo la figura de mi padre, un colocolino a todo dar, se me viene a la memoria. Si él viviese, mi casa estaría en silencio y los permisos para ir a la calle, cancelados.
Publicado en La Estrella de Iquique, el 15 de abril de 2012, página 19