Sonó la campana para el gran Humberto Elías «Jeta» Loayza Veas, el gran pugilista iquiqueño, campeón de Chile y Latinoamericano, en la categoría de los medio-livianos. Su retiro definitivo de los rings fue en enero del año 1964. Venció a Benítez por decisión unánime. La revista Gol y Gol, escribió: «Peleó casi 20 años en los cuadriláteros nacionales y extranjeros como un auténtico campeón».  En junio de este año tiró la toalla. Y se nos fue con los brazos en alto.

 

Sobrino del Tani, fue el mayor de los tres hermanos Loayza. Todos campeones. En los años 90 lo visité en su casa en Santiago. Hablamos de su pasado como boxeador, de sus hermanos  Rúben y de Mario. ¿Porque dedicarse a boxear? Esperaba la respuesta clave, la influencia de su tio. «Porque vivíamos al frente del «Manuel Sanchéz», me respondió con la certeza del gancho izquierdo con que noqueó a Benítez y  a Selpa por sólo nombrar a dos que padecieron de ese golpe que lo definió en su extensa carrera como pugilista.

 

Era asiduo visitante del Luna Park, junto a notables iquiqueños como Buccione, Francino y Rendic entre tantos otros. Ocupó páginas y páginas en la revista «Estadio», portadas y contraportadas. Tiempo en que el boxeo en Chile tenía una inmensa caja de resonancia. Su izquierda era letal. Los comentaristas de la época hablaban de su «contundente zurda» o bien de «la izquierda eterna».  El gran Fernandito lo dirigía desde el rincón. Le bastaba un corto gancho de izquierda para finiquitar  un combate. Lo demás era relleno. El Jeta, continuaba con la tradición de los boxeadores iquiqueños: guapos y siempre adelante. Tenía sentido práctico y oficio, escribió la revista Estadio.

 

No era fácil apellidarse Loayza. La inmensa figura del Tani, sin embargo no opacó a ninguno de los tres hermanos. Estos, junto al Tani y a Godoy, en la novela 2666 de Bolaño aparecen, en boca de un personaje como los mejores boxeadores de Chile. Humberto Loayza (1925-2014), escribió las mejores páginas de este brillante libro que fue el de los campeones.

 Publicado en La Estrella de Iquique, el 6 de julio de 2014, página 25