Entre los años 30 y los 60 del siglo pasado, Iquique vive una de sus más profundas crisis. Después de sostener la economía chilena gracias a la actividad del salitre, la ciudad se paraliza. El desarrollo, vía industrialización, llega hasta Antofagasta y de ahí se salta a Arica. Es la década de los 50. El sueño de los iquiqueños era la industrialización, un sueño que la Corfo debía canalizar.
Si se revisa la prensa de la época, nos encontramos con numerosos intentos fallidos por dotar a nuestra ciudad de industrias. Es, en esta época, donde se constituyen los llamados Centros para el Progreso, que tienen su máxima expresión el día 21 de mayo de 1957 cuando la ciudad amanece con banderas chilenas a media asta. Santiago responde con un estado de emergencia y -nos- acusa a los iquiqueños de relajamiento patriótico. Estos centros para el progreso son transversales y cruzan todo el espectro comunal, a todos los partidos políticos. Es la expresión de una iquiquiñez que se niega a ser olvidada por el centro. Es, creo en este período donde se consolidó ese sentimiento de anti-centralismo que es tan propio de nuestro puerto.
A fines de los años 50 del siglo que ya pasó, la sociedad iquiqueña amasaba el sueño de tener su propia industria. El año 1958 puede ser considerado como el año de la industria de la Ceniza de Soda. La prensa de Iquique, y en especial el diario El Tarapacá, informaba en la primera página de los avances de tal proyecto. Esta iniciativa, alimentó la esperanzas de la sociedad civil. Para que el lector tenga una idea de lo que esa ilusión significa transcribimos algunos de los titulares de esas esperanzas que poco a poco, se fueron derrumbando: “Cenizas de soda será una industria de formidables posibilidades para el país”. 6 de marzo de 1958. El Tarapacá. Página 5. O bien: “La planta de Soda será para Iquique lo que la siderúrgica para Concepción” 12 de marzo de 1958. El Tarapacá. Página 5.
Luego aparece la duda: ”Nada se sabe aún sobre la planta de cenizas de soda”.21 de octubre de 1958. El Tarapacá. Página 5. El sueño se desvanece: ”La construcción de la Planta de Cenizas de Soda fue aplazada definitivamente”. 23 de octubre de 1958. El Tarapacá. Página 5.
La esperanza de la industria de cenizas de soda y la frustración que en los iquiqueños creó, ayudó a desarrollar aún más la consciencia de sentirse una vez más postergado por el centralismo santiaguino. Este, y tal vez como una medida, paliativa crea la Zona Franca. Es el 21 de agosto de 1958. En esta misma dirección el periódico ya citado en su edición del 19 de agosto de ese mismo año anuncia que empresarios buscan uranio en Iquique. El viejo sueño minero vuelve a copar el imaginario local. Hay un horizonte de crisis casi permanente. Insisto en la palabra crisis ya que es vital para entender buena parte de los ejes discursivos de los iquiqueños.