Construyen una ciudad, sin preguntarnos cómo la queremos. Arquitectos, planificadores y un largo etcétera de tecnócratas, mientras miran la televisión, diseñan parques y calles, derriban casas y levantan torres. A otros se les ocurrió construir estacionamientos subterráneos bajo los pies del reloj de la Plaza Prat. Decenas de otros fealdades obtienen permisos municipales. ¿Quién nos preguntó en plena democracia, qué parque queremos en Cavancha?. Los lugares como éste no sólo lo habitan los que lo diseñan, sino que también nosotros, los inconsultos.
Pero no se diseñan en el aire. Se tiene la imagen de Miami en la cabeza y en el corazón. Complejo iquiqueño. Uno más del amplio repertorio. A fines del siglo pasado, el escritor Dimas Filgueiras cuando hablaba de este puerto se refería a la “Pequeña California”.
En la inauguración de un local nocturno -de empresarios morrinos- una actriz, que alguna vez fue famosa, hablaba de lo lindo que era Iquique. Y aseguraba que era tal porque se parecía a Miami. Los que celebraban tal ocurrencia no conocen ambas ciudades. Tomó la palabra el enviado del gobierno municipal. Pronunciando cada tres frases los nombres y apellidos del Alcalde, decidió rebatir tal analogía. Los nativos de Ike Ike respiramos profundo y hasta esbozamos una sonrisa. El adelantado tomó el micrófono y exclamó
“No somos Miami”.
Por fin, alguien nos dirá quienes somos, exclamó un filosofo criollo que estaba sentado al lado nuestro. El funcionario municipal exclamó:
“Somos el Cancún de Chile”.
Se nos borró la sonrisa como por encanto. Acorralados entre ser Miami o Cancún, no llegaremos a ninguna parte. Lo que debemos ser es una ciudad moderna, pero con identidad. Esa que nos brota de nuestra historia y la “que se hace camino al andar”. Se trata de construir imágenes de lo que somos, en base a por ejemplo nuestra geografía como aquella que construyó Luis Advis: “Dicen que Iquique, es grande como un salar”. En pleno dominio de la tecnocracia estatal y municipal, resuena parafraseada la voz de Prat: “Iquiqueños la contienda es desigual”.
Publicado en La Estrella de Iquique, el 25 de mayo de 2000, página A-10