Las elecciones municipales recién pasadas dejaron varias cosas por aprender. A mi juicio una de las mayores y de la que hay que extraer conclusiones, fue la aparición en la arena política de Josefa Errázuriz, una dueña de casa, según el alcalde y coronel Labbé. Más allá de las expresiones del militar retirado (nunca los uniformados se retiran, por lo demás), Josefa logró encarnar una modalidad de construir su liderazgo en base a dos conceptos muy relacionados entre si: ciudadanía y participación.  Y esa es la lección a aprender.

Se trata que surjan de la base líderes de opinión que en función de mecanismos participativos como las primarias y la elaboración de un programa en conjunto, conduzcan la comuna. Y no es un dato menor que haya sido una mujer, dueña de casa y socióloga, la que haya logrado destronar al Coronel de su trinchera.

Votar por programas y no por personas, es la síntesis de la propuesta ganadora en Providencia. Esa es una gran lección que espero se haga extensiva a la sociedad chilena. Una propuesta ejercida desde la base ciudadana que es la que conoce, siente y vive los problemas de su territorio.

Lo anterior cobra su mayor importancia en la medida que los niveles de abstensión expresado en octubre de 2012, ponen en jaque nuestra forma de elegir autoridades. La legitimidad de los nuevos representantes se apoya en una base muy débil. Dicho en términos gruesos gobernaran para la mitad de la población.

El fenómeno Josefa, deja tensado a los partidos política. Larraín, el de RN habla de “primarias civilizadas” (su extracción de clase lo denuncia), y las puertas que se abren  para el regreso de la Bachelet chirrean un poco.

“El movimiento se prueba andando” reza un viejo adagio. Y en el caso de Josefa tendrá cuatro años para hacer de esa comuna un laboratorio de democracia local. Lo que implicará activar las redes sociales que toda comuna tiene: juntas de vecinos, centro de madres, centros juveniles, clubes deportivos, etc. Si el 2010 fue el año de la Camila, estos cuatro que vienen, será para la Josefa.