Juan Ponce de Ferrari: El pescador de ilusiones. 1956
Iquiqueño hasta los huesos, hijo de un pescador artesanal, el rubio delantero de Deportes Iquique y de la selección joven sueña consolidarse este año como un gran jugador, afirmado en sus relevantes condiciones técnicas, que no excluyen esa dosis de esfuerzo, de amor propio, característica de los hombres del norte.
Allí en medio de mar, en la quietud de la tarde, mientras las redes se llenaban del fruto del océano, siempre había un momento para meditar, para pensar en el futuro, para soñar. Especialmente cuando se tiene 20 años, un espíritu inquieto, un alma lleva de ilusiones. Era linda la pesca, muy duro si, pero de una extraña atracción, que hacía que aquel que subiera a un bote quedará atrapado para siempre en el embrujo del agua. Pero Juan no quería entregar su vida entera al mar, como lo había hecho su viejo- él tenia otros sueños-. Para él la pelota de fútbol, el grito de gol.
En el Deportivo Cavancha todo el mundo lo conocía de chico. Allí se había formado como futbolista, en la canchita de tierra, metido entre hombres rudos, fuertes, pero leales, como toda la gente del norte chileno. La “U”, uno de los grandes del profesionalismo, lo quería en sus filas. Y claro, después del gol que le había hecho a Carballo hacía unos días, en un partido amistoso, era lógico el entusiasmo de Luís Ibarra. Pero çel era un iquiqueño hasta los huesos y le temía un poco al trasplante a la gran ciudad. ¿Y si allá echaba de menos el mar, la gente, los amigos? Sabía que costaba adaptarse a esa otra vida en la capital. Pero el quería ser alguien en el fútbol y para eso tenia que emigrar. Si alguna vez Iquique estuviera en Primera… pero eso era pedir demasiado. Muy bien, iría a Santiago, probaría suerte. Uno nunca sabe lo que puede pasar. Pero si alguna vez Iquique…
“Yo no conocía la lluvia ni las canchas de pasto. Fue muy difícil para mí adaptarme. Y después de haber venido a la “U” me encontré en un plantel donde había muchos buenos jugadores y no encontré la oportunidad que quería. Fui un año a préstamo a Ferroviarios, después dos semanas en Cauquenes y al cabo resolví volver a Iquique, donde estaba mi gente, mi clima, mi mundo”.
Juan Ponce de Ferrari, el rubio volante de Deportes Iquique y ahora nominado en la selección joven, siente que su vida ha cambiado desde entonces. Porque después de esa fallida incursión por Santiago halló por fin su lugar allá en el norte, en el club de su puerto, con sus colores y su gente. Con ese espíritu r, inclaudicable, luchador que caracteriza al hombre nortino. Hoy todo es diferente y cada día parece que los sueños, las ilusiones, ya son una vigente realidad.
“Cuando llegué a la “U” sentí el cambio de amateur a profesional. Y cuando fui a Ferro casi ni jugué porque Braulio Musso llegó con un equipo ya formado prácticamente desde las inferiores y en su esquema yo no cabía. Solo cuando cambiaron de técnico pude agarrar la camiseta. Después me mandaron a Cauquenes a préstamo, pero estuve dos semanas y para mi fue la muerte. La lluvia, el frío, no eran para mí. Así que resolví volver a Iquique, aun cuando para poder hacerlo tuvieron que recalificarme como amateur.
Al regreso a su tierra, sin club, integró la selección iquiqueña en algunos amistosos, incluso uno con Colo Colo, hasta que Deportes Iquique obtuvo su paso por la Segunda División del fútbol profesional y Juan Ponce de Ferrari fue llamado a incorporarse al nuevo equipo.
“La mayoría de los que llegamos lo hicimos por un sueldo y nada mas. Queríamos jugar, mostrarnos y por el equipo nuestro no podíamos exigir mas. Pero a principios de este año y habiendo conseguido subir a la Serie de Honor nos arreglaron a todos en lo económico. No, esta vez no hubo problemas con el cambio, porque en primera se utiliza la técnica y yo en ese lado ando bien, aunque claro no dejo la otra parte, la fuerza y el estado físico que caracteriza a Iquique. El año pasado no teníamos mucha seguridad en lo que hacíamos, pero poco a poco fuimos ganando confianza. Para el torneo de 1980 nos hemos reforzado, pero siempre pensando en mantener el mismo esquema, equilibrando un poco con lo físico. Y en este aspecto se trabaja mucho; martes, dos veces al día pura preparación física; miércoles y jueves en la mañana hacemos eso y en la tarde fútbol, para aliviar un poco el viernes. Así, en ese ritmo, en Iquique no nos gana nadie y afuera todos saben que jugamos de igual a igual, porque cuando hemos buscado especular con un resultado siempre nos va mal. Lo cierto, es que no sentimos esos planteamientos. Creo que este año vamos a estar entre los ocho primeros”.
Pero ahora no solo Iquique ocupa toda su preocupación.
Esta la selección joven, a la que fue convocado por Luís Santibáñez y donde ya tuvo sus primeros contactos la semana pasada.
“Para mi fue una noticia impactante, me tenia fe, pero nunca pensé que seria llamado a la selección. Ahora no queda mas que luchar, trabajar bastante para conseguir lo que uno más desea: jugar. Tengo confianza que al final quedaré entre los 22 definitivos, porque ya superé el miedo a las responsabilidades. He jugado con equipos grandes; hace poco estuvieron allá cuadros argentinos y si ando bien, no tengo porque tener problemas. Por algo soy iquiqueño.
Ha pasado tiempo desde esa tarde en el mar. Y aunque todavía sigue sintiendo el embrujo de la pesca, ya está metido en el mundo que soñaba, ya se ha recorrido muchos kilómetros tras un balón. Y claro, él no quería entregar su vida al mar como lo hizo su viejo. Necesitaba algo más, buscaba otros horizontes y mientras tanto. Juan Ponce de Ferrari sigue atrapando ilusiones en su red.
Tomado de la revista Estadio
Páginas 44-47
La ficha
Nombre: Juan Ponce de Ferrari.
Edad: 23 años, nació el 27 de Abril de 1956 en Iquique
Estatura: 1 metro 69.
Peso: 69 kilos.
Estado civil: soltero.
Se inició en 1963 en el Club Deportivo Cavancha de Iquique. En 1977, llegó a Universidad de Chile, fue a préstamo por un año a Ferroviarios y por dos semanas, en 1978, a Independiente de Cauquenes. Lugo, en 1979, fue adquirido por Deportes Iquique, con contrato vigente hasta diciembre de este año.
Tomado de la revista Estadio
Páginas 44-47
Frases
“Tenemos un estadio muy chico, para 10 o 12 mil personas y cada vez que hay un partido se lleva tres o cuatro horas antes”.
“En Iquique la gente está loca por el fútbol y a nosotros nos quieren una barbaridad. Donde vamos nos tratan con cariño, ni nos cobran, o nos dan muchas facilidades cuando queremos comprar algo”.
“El nortino en general siempre ha vibrado con el fútbol. Allá se juega con mucha fuerza, con garra, con gran amor propio. Y en esas canchitas de tierra no mas porque el pasto se conoce muy poco”.
“Yo vivo con mis viejos en el barrio Cavancha, donde nací y me crié. Tengo do hermanas casadas y mi padre ha sido por mas de 40 años pescador artesanal. Antes salía de pesca por 15 o 20 días. Pero ahora, ya no necesita hacer tanto esfuerzo, pero siempre sale a las siete de la mañana y vuelve como a las once con su pesca en el bote”.
“Con esto de la Zona Franca he podido comprar de todo para la casa y hasta tengo mi autito, un charade. Allá nos dan muchas facilidades para comprar lo que queramos”.
“Aunque para las vacaciones siempre salía a pescar, yo quise estudiar, tener una carrera o triunfar en el fútbol. Con un pescador en la familia es suficiente”.
“Con esto de la selección joven, voy a pasar viajando. Y yo le tengo un miedo terrible a los aviones. En fin hay que sacrificarse para vestir la roja ¿no?
Por: Sergio A. Jerez
Fotos: Jesús Hinostroza y Juan Silva.
El pescador de ilusiones
Tomado de Revista Estadio. Nº 1.913
Santiago, Chile
09 de abril de 1980, páginas 44,45,46,47|