Julio debe ser el mes más iquiqueño de los doce que conforman el año. El ambiente, luego la extensa pandemia de prohibición por subir a La Tirana, es de alta expectativa. Ya empezaron la despedida de pueblo, una ceremonia derivada de las fiestas patronales de los pueblos andinos, en la que los bailes se despiden de la virgen en Iquique, Arica, María Elena, Tocopilla, Antofagasta y Vergara, entre otros pueblos. Desde marzo se vienen organizando para danzar de modo impecable. Hay que surtirse de alimentos, agua, ropa adecuada, colchones, sacos de dormir. Y como dicen mis amigos de un baile, llevar harta loza.

Será esta fiesta, una fiesta especial. Todo ello en un ambiente festivo pero también con aires de tristezas. Ya no estará don Arturo Barahaona cantándole a la virgen con la majestuosidad que los años le dieron. Y tantos más que la epidemia se los llevó. Recordemos al  “piojo” de la diablada y en otros músicos por cierto  a Ana Taucare, caporala  fundadora de los pieles rojas de Peña Chica. Ocasión esta de reencontrarse con viejos amigos como el Manicero, don Héctor Rodríguez, el viejo Pavelic y doña Vicenta. La Tirana es un lugar de encuentro, un espacio para actualizar el capital social.

Los bailes en la Cruz del Calvario, se organizan para salir por las calles del pueblo rumbo al templo. Es la ceremonia de la entrada. Las bandas de músicos de cada baile constituyen un preciado capital heredado de abuelos a nietos.  Viejos y jóvenes le sacan sonidos a sus instrumentos, otros con las cajas y el bombo parecen dialogar con el subsuelo del desierto. El canto y el baile, dos ejes de esta festividad, le otorgan al desierto una presencia que en el resto del año desaparece.

Julio es el mes en que los bailes religiosos convierten a la pampa en un jardín florido. Llenos de colores, de sonidos y de pasos que armoniosamente se desplazan por esas calles. El marianismo se expresa en la presencia de los 225 bailes, que esta vez danzaran y cantarán como nunca lo han hecho antes. A través de los bailes se reconstruye en forma simbólica nuestra pluriculturalidad.

Publicado en La Estrella de Iquique, el 2 de julio de 2023.