La vida en la pampa, en sus puertos y en sus caletas aparte del esplendor y pobreza que exhibió, tuvo matices que pocas veces se consideran. Una de ellas, la vida cotidiana en todas sus dimensiones. La prensa, en su día a día, cuenta de robos y asesinatos, incendios y suicidios. Pero quedan en esas amarillentas hojas, casi en el olvido. Por eso, al releer el libro de Augusto Rojas Núñez, editado en Iquique, el año 1936, “Crónicas pampinas”, nos podemos formar una imagen de la vida en aquellos años, sobre todo desde la ocupación chilena hasta los años 30 del siglo pasado. Un libro que se estructura en torno a personajes extravagantes que poseen atributos físicos no frecuentes, rasgos psicológicos singulares, apetito y fuerza descomunal.

Así por ejemplo nos habla de que en la oficina Soledad había un hombre de fuerza, el taita Faune, que tenía un apetito descomunal. Vació todas las ollas de un chifa de la calle Serrano. El oriental le había dicho: “No hay más comida pa uté, el Diablo”. Otro personaje fue don Victorino Ovalle, de La Noria. Su fuerza era tanta que con una bofetada había enviado a su contrincante a “la ciudad del silencio”. Se especula además sobre la presencia del Judío Errante por estos lugares.

Mario Bahamonde, el taltalino afirmó y con justa razón que el salitre atrajo a todo tipo de hombres y de mujeres. Aventureros, ladrones, buscavidas y por cierto a gente, en su mayoría, que quería un trabajo digno. Este libro que comentamos tiene esa virtud, hablar de esos extravagantes, cuya épica estaba fundada en su fuerza, en el manejo del cuchillo, de la dinamita. Pero también hay referencias a los poetas populares, aquellos que daban cuenta de la realidad a través de versos. Uno de ellos, Cipriano Arroyo, escribió: “No hay pluma con que escribir/ lo que hoy día está pasando/ se encuentra el rico robando/ al pobre para vivir”. Un verso cabal. En Iquique cuando los trenes urbanos empiezan a funcionar, el poeta, escribe: “En Iquique hay conductoras/ En lugar de conductores/ Son seres encantadores/ o damas encantadoras”. Poetas tenemos, carecemos de transporte público de calidad.

Crónicas pampinasPublicado en La Estrella de Iquique, el 12 de abril de 2015, página 17