En 1943, Iquique sede del XII Nacional que tuvo por escenario la ex cancha “Manuel Castro Ramos” y en el partido final y polémico frente a Valparaíso, quinteto que contaba con los iquiqueños Manuel Ledezma y Eduardo Cordero, se impuso al local, logrando con ello el título Universidad de Chile. Eso marcó para el deporte iquiqueño una de las más grandes frustraciones que se recuerde. Al respecto la ya clásica revista Estadio hizo la siguiente reflexión, al hacer un reportaje sobre uno de los protagonista de esa final del 1943, el pampino-iquiqueño y jugador de La Cruz, Manuel Ledesma.
Valparaíso lo derrotó en una noche negra, muy negra, para cinco mil personas apretujadas en la cancha Castro Ramos, del puerto histórico . Nunca he visto una demostración más impresionante de tristeza, esa vez que Iquique vio derrotado a su equipo. ¡Que puñalada para su amor propio y orgullo! Cinco mil personas se quedaron heladas! derrumbadas por un mazazo tremendo. El partido había terminado, nadie se movía de sus asientos, y no había un grito, una protesta. Todos mudos, vacíos. Manifestación imponente de dolor, como un funeral. Tardó un poco, pero vino la reacción y recordaron que tres iquiqueños eran la fuerza del team adversario: Ledesma, y los Cordero, que uno de ellos Pancho había decretado la derrota en los últimos momentos, cuando el team repuntaba y se acercaba a la victoria. Pancho Cordero encestó desde media cancha tres dobles seco, y hundió a Iquique. Los espolonazos del «Huáscar» (Revista Estadio Noviembre de 1946).
Fue esta quizás la década más gloriosa del básquetbol local. Lo del 43 la más triste, Iquique quedó cuarto, pudiendo haber sido campeón por tercera vez. El campeonato lo logró Universidad de Chile que contaba en sus filas con el norteamericano Bill O’Brien. Quizás lo que más duela fue que se perdió frente a un equipo compuesto por tres iquiqueños.
No obstante, en conversación con Manuel Ledezma el día miércoles 12 de noviembre de 1991, me dijo que había sido cosa del azar, y que en el fondo, a él como iquiqueño le dolía lo ocurrido. Lo que le importaba era el deporte. El campeón de esa época Universidad de Chile, además estuvo integrado por puros iquiqueños. Mathieu, Mitrovic, Verdugo, Fornazzari. En el fondo, agrega Freddy Wood fue un campeonato entre puros iquiqueños. En esa conversación, Ledezma, me entregó un poema que él mismo había escrito para Iquique. «Tierra mía generosa/ lo que te piden lo das/ desde la pampa oleada/ a la zona lluviosa / eres la piedra preciosa / que en América se advierte/ por eso es que quisiera verte/ sin ninguna desarmonía/ y espero confiado el día/ que Dios mejore tu suerte»