En Iquique llamarse Arturo es casi un signo de distinción. Me la juego por creer que en esta ciudad el nombre con más uso es Arturo. Aunque los Bryan parecen ir en aumento. Por cierto hay Arturo y Arturo. Es un nombre de origen celta que significa guardián de la Osa. En Iquique aparte del mismísimo Prat está el otro gladiador, Godoy, el de Caleta Buena y del Madinson Square Garden. Aquel que medía 1.90 y pesaba 90 kilos. También está Arturo Barahona, caporal de caporales, que se llama como tal gracias al ejemplo de Prat. Al frente de mi casa vivió Arturo Meza a quien todos le decíamos arturito, al igual que a Godoy.  Fue presidente del Unión Matadero y de La Cruz. Se le echa de menos. En los 80, llegó a Iquique para quedarse, Arturo Kirberg, único dentro de los únicos. En la política los dos leones de Tarapacá, Arturo del Río y Arturo Alessandri.

Arturo es nombre de hombre grande, no de niño. Pero quien así se llame, se acomoda, se pone el nombre como quien se coloca una chalequina en este otoño que se viene corto, pero frío. Está Arturo Morales, fotógrafo que a veces pierde la paciencia en las redes sociales. El chico Olavarría que junta conchas como quien se apera para un largo invierno que es la vejez. Otro Arturo, el del Yungay, Sánchez se apellida,  tiene el corazón rojo y negro. Arturo Carreño, se lució en Colombia arriba de los cuadriláteros. Y mi buen amigo Arturo Guerrero, hijo del huaso, y basquetbolistas del Iquitados. Arturín le dicen, como otra variante de ese nombre asociado al 21 de mayo de 1879. Sumemos al atleta Arturo Malagarriga con un record aun no superado del Deportivo Español. En fin.

Algunos,  a veces no saben de la importancia de llamarse Arturo. No es fácil cargar ese nombre. Debe haber uno por ahí que se llame Arturo Arturo, por Prat y por Godoy. Ese debe ser encachado. Todos los arturos son reyes. Y si nacieron en Iquique mejor aún.

Publicado en La Estrella de Iquique, el 21 de mayo de 2017, página 15