Buena parte de la identidad iquiqueña está fundada en la existencia de los clubes deportivos. Anclados en los barrios populares han servido para canalizar el uso del tiempo libre. Otras funciones han desarrollado además: integración, sociabilidad, solidaridad, etc. Y había un factor más importante aún, eran y siguen siendo organizaciones autónomas, fieles representantes de la sociedad civil.

La importancia de estas instituciones, que la sociología llama estructuras intermedias, es evidente. Actuaron por mucho tiempo como fronteras frente a conductas como el consumo de alcohol. Y era evidente. Ofertaban sentido de vida. Ser un buen deportista  se encadenaba con un orgullo que provenía de una larga tradición. Si en la escuela, el maestro era el modelo a seguir, en el barrio, era el deportista. Y mejor aún si era campeón de Chile. Los Loayza, por ejemplo, Humberto, Rubén y Mario vivieron bajo el peso de su tío, el Tani.

Muchos de éstos han perdido su vitalidad. Otros han desaparecido. Los que aún subsisten lo hace por que poseen una mística y un cuerpo de dirigentes que aún creen en el trabajo comunitario. En Iquique hay mucho de ellos. En la Plaza Arica y a veces nadando contra la corriente, sin cancha y menos con sede social, el Club Deportivo La Cruz, celebra este 9 de septiembre, 86 años de vida.  No es el caso contar su larga vida en este corto espacio. Ya lo hemos hecho en otras ocasiones. Amerita este momento para hablar del futuro que se empieza a fraguar en la existencia de una escuela de básquetbol que dos socios, desde la lejanía ayudan financiar. Manuel Ayala y José Luis Araya, hijos del barrio, no han olvidado sus raíces. Saben ambos que lo que son en la actualidad, se lo deben en parte a lo que el club les dio. Anónimos hombre y mujeres que trabajaron para que la infancia y la juventud de barrios vulnerables tuvieran un camino.

Club de apellidos célebres: los Silva (Manuel y Enrique), Barría (Luis, Edgardo, Víctgor, Mati y Rita), Gárate (Jorge, Mario y Doralisa), Guillermo Michea, Orlando Véliz, Walter Milicay,  Manuel Galloso, Pedro Zagals, Juan Gaete, Freddy Rivera (Eduardo Olguín, Albarracín, Santiago White, Marcelino Herrera, Oscar Ahumada,  Andrés Mery y una larga lista de familias que vistieron los colores amarillos y negro. Nueva generación que la escuela de básquetbol que lleva el nombre de don Santiago White, tratando de reactualizar la identidad de un barrio popular que no ceja en recrear viejos triunfos.

Publicado en La Estrella de Iquique, 6 de septiembre de 2009.