19 de mayo de 1930.

Un militar, un teniente para ser preciso de nombre Luis Gallo Chinchilla, fue Campeón de Chile en pentatlon el año 1956, y vice-campeón los años 57, 58 y 59.

Don Pampa, escribió de este iquiqueño:

Como si fuera otro

Se puede ser competidor capacitado en tiro y esgrima, en equitación o carreras de a pie o en natación, pero es muy difícil conseguirlo simultáneamente en los cinco deportes, es la razón por qué escasean los pentatletas.  Son muchos los que se sienten atraídos por competencia tan dura como interesante pero la gran mayoría se queda a medio camino, porque hay una o dos especialidades en que no se avanza, en que el organismo, pese a todos los esfuerzos de preparación, se queda, se empaca, y no se acerca a los puntajes requeridos.

Es muy difícil el pentatlón moderno, más que el decatlón atlético que, con sus diez pruebas está dentro del mismo rubro de un mismo deporte.  El pentatlón fue proyectado a formar hombres diestros y vigorosos a fin de afrontar todas las dificultades de un combate azaroso.  No hay más que presenciar la competencia, para darse cuenta de ello: atravesar a pie campos en terrenos irregulares, lanzarse al agua en 300 metros, saltar a caballo vallas diferentes en un recorrido largo, resistir 20 o 30 asaltos de esgrima, y luego disparar con pistola de duelo a un blanco movible.

Chile ha contado con pentatletas que lograron actuaciones descollantes en el orden internacional, como: Nilo Floody, Edgar Witt, Gerardo Cortez y Hernán Fuentes, que se dan de tarde en tarde, como es lógico, es proceso tesonero e intrincado.  Pertenecieron a generaciones que cumplieron su época y la realidad era que en el momento actual no surgía uno que mantuviera en el nivel de jerarquía esa tradición o prestigio de otro tiempo.  El panorama estaba un tanto desolado, pese a los esfuerzos de los dirigentes y a la tentativas de impulsar a los mejor dotados.  Un momento transitorio que de repente ha corrido el telón para mostrar dos hechos saludables y removedores: surgió un competidor de talla internacional y una legión escogida de gente nueva con posibilidades remarcables.  Lo suficiente por cierto para que el pentatlón estime que se rehace e inicie una época de mejores rendimientos.

La Nueva Figura con relieve no es nueva.  Es un competidor ya fogueado y conocido a través de varias justas nacionales e internacionales, pero que esta vez, en el reciente Campeonato de Apertura, se desdobló, se empinó y sacó una capacidad por sobre lo previsto.  En tal forma que su marca lo coloca no sólo como el número uno de Chile, sino entre los tres primeros de Sudamérica.  El capitán Luis Gallo Chinchilla, con sus 4.098 puntos –o sea, con el mismo desempeño cumplido en el torneo de Apertura-, podría disputar con buen éxito un título sudamericano ya que ante una mejor capacidad de adversarios, seguramente, aumentaría su puntaje.  Quienes lo vieron competir en Quillota, Valparaíso y Viña, pudieron apreciar el excelente estado físico en que se presentó para hacer un pentatlón aún más elevado.

Fue el realce del certamen ver a un campeón real que con su espigada figura, 1 metro 90, y con un físico acerado por el adiestramiento, afrontaba los cinco días con seguridad, alegre disposición y neto rendimiento.  Un campeón como los de antes.  Primero en tiro de pistola con 189 puntos, en un posible de 200, ponderable marca; 1° en carrera a pie de 4 kilómetros, con 17.094; 2° en esgrima, con 21 victorias y 7 derrotas y aventajado sólo por un triunfo por el subteniente Leonardo Lister; 5° en equitación, en un recorrido de 3.500 metros con 6.05 y 6° en natación con 5.42.2 para los 300 metros estilo libre.

Ascendido a Capital, acaba de cumplir 30 años de edad y está, sin duda, en la madurez física para intentar irse más arriba en el deporte que escogió.  Todo es cuestión de que se decida a someterse al entrenamiento intenso que las cinco especialidades exigen y que en el Ejército se le otorguen las facilidades del caso.  Las tuvo ahora y durante tres meses se preparó con inigualada devoción y el resultado se fue por encima de todos los cálculos.  Bien dotado, sólo le faltaba el tiempo para dedicarse.  Preparado desbordó mucho de lo que posee en potencia, tanto que pareció otro.  Como un competidor renovado o rejuvenecido que pasa con soltura y con prestancia sobre las dificultades que antes lo inquietaban.

No es nuevo, pues ya el año 53 estuvo en la reserva del equipo chileno, participante en el Campeonato Mundial, cumplido en las Rocas de Santo Domingo y luego fue seleccionado chileno en los torneos sudamericanos de 54, en Río de Janeiro, y el 56, en Montevideo, y el 58, en Río de Janeiro (6°, su mejor clasificación internacional); en los Panamericanos del 55, en México y del 59, en Chicago y en el Mundial del 59, en Harrisburg.

La Experiencia de todas esas justas se ha forjado y recién está floreciendo bien.  Podría decirse que ahora afronta su etapa definitiva y lo anterior ha abarcado sólo los períodos preparatorios.  Es notable competidor de tiro y esgrima, como para actuar en justas especializadas de estos deportes, también es competente en equitación como oficial de caballería y su resistencia para la carrera a pie, con sus grandes zancadas, está demostrada cuando se presenta con buena preparación.  Su única prueba débil es la natación; sin embargo, esta vez logró rebajar en más de un minuto su mejor tiempo, prueba de sus progresos.  Por primera vez bajó de los 6 minutos y cuando logre rebajar de los 5, tendrá que pensarse en que se está ante un pentatleta de tipo mundial.

Don Pampa.

Tomado de la Revista Estadio

13 de abril de 1961.

Año XX. Nº 933