Las ciudades estaban pobladas,  entre otras cosas, de maniquís. Las tiendas iban y venía. Al igual que los  paisajes. La elegancia era un don. Las grandes tiendas competían entre si, algunas pequeñas se daban mañas. Las mujeres luchaban por un lugar en el salón. Eran los tiempos en que los relojes no andaban a prisa. Y los jotes volaban a ras de suelo.

Las vitrinas nos servían para encapsular la ciudad sea en Navidad, 18 o 21 de mayo. Se exhiben los trofeos bélicos. El himno patrio suena al paso de la soldadesca. De la noche a la mañana un viejo pascuero se columpia en un viejo trineo. Era el Faro con sus pantalones Cop de Roc. El personaje Chiricaco fue un devoto de la Chinita  y de otros oficios. Fue también suplementero.

La moda se instaló en sus variadas expresiones. ¿Quién no se acuerda de los pantalones pate elefanteNi que hablar del don Sata. Y de Carlos Santana. Y su mujer de magia negra.

Éramos una ciudad que transitaba de la capital a la provincia. Se viajaba en tren con parada en Los Vilos. Era un viaje que parecía no terminar nunca.Algún día la ciudad de la nostalgia se la engullería, aquellos que creen en el progreso y en la diosa razón.Los maniquí han pasado a mejor vida. En otra vida encontraran la paz que tanto se anhela. Son una especie de zombi paliducho. Cuando uno los ve cierto temor se te mete por ahíEstas figuras solemnes y solitarias tuvieron su pasado, pero no así su futuro. Su tiempo y espacio ya no

es su tiempo y menos su espacio. Han sido desterrados y cierto exilio los ha golpeado.

Los maniquí habitan una  especie de museo en la que sus habitantes parecen congelados.

 El cantante argentino de nombre Sandro grabó el año 1969 El Maniqui, en la que poco menos que dialoga con esta figura

Y ahora quedó allíTirado en un rincón, en el viejo desvánGuardando la emoción de cosas que no estánY vuelvo a recordar las horas de tibieza

Y creo revivirEl loco ir y venir, tu cuerpo de mujerBuscando por doquier el nuevo figurínPara poder lograr decorar tu belleza

Y yo, desde un rincón,Contemplo tu actuación, tratando conseguirCon gran preocupación, algún nuevo colorQue luego te pondrás y lucirás coqueta

Las lágrimas empañan la visiónY veo en el rincón del viejo maniquíAquella… que yo quise

Dime tú¿Por qué me abandonaste?¿O acaso no lograste las cosas que soñabas?

Como te ama un amanteComo quiere un amigo

Mas túCreíste que eras reinaQue yo tu esclavo, debía darte todoY así, y así te di mi honorY me anulaste, y te regalé todoTe di mi sangre, mis sentidos, mis cariciasY tú todo lo tomasteY me anulaste

Mas, mas cuando te pedí un poco de amorTú, sin mirar hacia atrás, te marchaste

Devuélveme el amor, dame la vidaDame la vida que te di, dame los sueñosDevuelve el corazón aquí a mi pechoQue ya vacío y ya deshecho de llorarSe acuerda hoy de ti

¡Dame el amor!¡Dame la vida!