Los hay de todo tipo. Manuales para ser cortés como lo aconsejaba Carreño; manuales para ser feliz con instrucciones precisas y muchas de las veces concisas. Muchos han leído “El arte de amar” de E. Fromm como si fuese un protocolo para alcanzar la dicha plena. En las bibliotecas de las universidades estamos llenos de ese tipo de publicaciones. En nuestras librerías los textos de auto-ayuda son especie de guías infalibles para vivir mejor. Hugo, Paco y Luis usaban el manual de corta-palos casi para todo.
En Iquique, el año 1924 se publicó un pequeño libro, una especie de manual que se llama “El arte de saludar”. Firma como su autor S. Giménez S. Se lo dedica “al distinguido público amante de las expresiones sublimes del alma y de los sentimientos del corazón”. ¿De qué se trata? Simplemente de alivianarle el trabajo a los que por diversas razones deben saludar a alguien en una ocasión especial. En el índice detalla esos singulares días: Pascua y Navidad, Matrimonios, Nacimientos, Cumpleaños y Saludos, Negativas, Quejas, Ausencias, Dudas y Consejos. En la segunda parte incursiona en el mundo del lenguaje de las manos, de los guantes, de los abanicos, de los sombreros, etc.
Se trata de un conjunto de poesía que el autor no establece de donde procede. Así por ejemplo, ante el caso del nacimiento de una niña, Giménez recomienda éstos: “Salve a la linda chiquilla/ su faz, pura, angelical/ Y cual estrella que brilla/ refleje en esta postal”. Dentro del rubro “Galantería” ofrece este verso: “Niña de los labios de rosa/ y de sonrisa hechicera/ dar un beso desespera/ tu dulce boca ambiciosa”. Ante el amor negado sugiere esta pieza: “Es verdad que puse en ti/amor firme y me olvidaste/que yo te olvide por otra/ Claro está, eres inconstante”.
Este libro-manual fue publicado en Iquique en la librería e imprenta “Universal” de Eduardo Toro Lemus. Estaba ubicada en la calle P. Lynch 679, entre Tarapacá y Thompson. Pero sigamos con el texto. Detalla los significados de los lunares. Así por ejemplo, para aquellos que tienen lunares en los párpados, hablan de “las personas de temperamento muy dulce y cariñosa”. Realiza además un análisis del lenguaje de las cintas. La de color lila significa que la mujer que la porta, tiene novio. En relación a como la gente coge el cigarro dice: “Tomar el cigarro con tres dedos, soy tu esclavo”. En fin. Libro manual, auto-ayuda. Los más que se le asemeja en estos tiempos pueden ser las tarjetas Village, que funcionan como manuales del amor y de la amistad. Para los buenos modales ya no los hay. Y no por falta de autores, sino porque los modales mismos, los buenos, parecen ir en retirada. Finaliza con el análisis de los ojos. “Telégrafo de los ojos” le llama. Dice: “Parpadear: Ya te he dicho que si: debo cumplir algún día una promesa”.
Un manual que bien puede servir para entender las galanterías de una ciudad como la nuestra, que en algún lugar extravió su urbanidad.
Publicado en La Estrella de Iquique, el 1 de mayo de 2011, página A-9